Enseñanza sin etica

Me topado siempre con una gran área gris. Existen aquellos que están a favor de literalmente psicoanalizar a todo el mundo y a todo. Están aquellos, como yo, que les parece una muy mala, pero muy idea eso. Y aquellos que están, la gran mayoría entre medio. Un gran área gris. Son aquellos que no creen que el Psicoanálisis fuera tan malo. Son aquellos que todavía hay algo que rescatar o volver a él. Pero me he topado recientemente con aquellos que nos le importa si sirve o no, si causa daño o no. Directamente no les importa. Es solo un trabajo para ellos. Gracias a una protesta en un trabajo practico, me he topado con un área que no había contemplado antes. Un área donde están aquellos completamente indiferentes. Al parecer existen algunas personas que les importa un carajo lo que enseñan. Y no les preocupa el efecto de lo que enseñan. Ellos solo lo enseñan. ¿Indiferencia o simple despreció por lo que se enseña? No lo se, solo se que es un leño más que la Facultad hecha al fuego de mi indignación.

Nota Mental: Nunca tomes una entrevista y los test

De los errores ajenos podemos aprender mucho. Nos muestran por donde nosotros no debemos ir. En este sentido, mí cursada de Técnicas Proyectivas me lleno de sabiduría y conocimiento. Algo que me llevo es como NO conducir una evaluación psicológica. Pude ver muy claramente por que el entrevistador no puede ser la misma persona que tome los tests. Luego de un examen y un trabajo practico me llevo una mejor visión sobre este problema. Vamos con un análisis de todo lo aprendido.

Un nuevo cambio de dirección

Tuve una epifanía. Quería hablar de ella para mi cumpleaños, pero no tenía mucha información y era una idea que recién aparecía en mi cabeza. En este tiempo me he dado de cuenta de algunas cosas, como por ejemplo que en solitario no lograre mucho en la Facultad. Aunque tampoco en grupo creo que se lograría algo. Dentro de las cátedras, esos pequeños feudos intelectuales, es todo política y la razón claro esta que no prima allí, obviamente ya que se da Psicoanálisis. La única forma es enseñar el por que el Psicoanálisis es una pseudo-ciencia, o lo que es lo mismo, por que no es una ciencia a los que ingresan a la Facultad. Así abandono la licenciatura y paso a profesorado para poder enseñar eso. No es tan simple mi decisión, hay algunas cosas más que me impulsan a intentar un cambio en mi carrera.

El estilo de Lacan

Lacan es complicado de entender. Esto lo saben hasta los mismos partidarios de Lacan. Lo aceptan, y extrañamente, hasta se vanaglorian de ello. Yo trato de evitar su charlatanería pretenciosa ya que no encuentro, al esforzarme por descifrarlos, mas que errores, incoherencias, o simple dichos del saber popular, los cuales se ocultan en su estilo de escritura. Hace poco me tope con Richard Webster exponiendo con claridad este estilo charlatán de Lacan. Vale la pena traer al blog este pequeño análisis.

¡Encontre una pepita!

No recuerdo quien, creo que Mario Bunge, dijo que en la montañas de pseudo-ciencias se pueden encontrar a veces alguna pepita. Bueno. Yo creo haber encontrado una que me ayuda a entender el valor de las protestas que he realizado todo este tiempo. El concepto de analizador que aprendí en mi cursada de Institucional me sirve para ver el valor de hacer alguna protesta en la Facultad. El concepto de analizador sería algo así como un de dispositivo que revela parte de la estructura social de una institución.

¿Presión de los pares? ¿No te suena familiar?

¡Estamos en el horno! ¿Como es posible que unos estudiantes de la supuesta Facultad de Psicología no conozcan el concepto de presión de los pares? Es para no creerme pero yo mismo presencie como no uno si no dos compañeros no podían identificar algo que vieron como presión de los pares. Pero no solo eso si no que la profesora tampoco parece reconocer eso para ponerle un nombre. Y no solo eso, si no que es un concepto que se les enseño en materias anteriores. ¿Tan perdidos estamos?

Falcor al divan

Los detalles insignificantes en la cabeza de los psicoanalistas pueden tomar proporciones épicas. Hoy tuve una muestra más de eso. La profesora expone un caso de su propia cosecha a la clase. Nos muestra una lamina de un test proyectivo que le aplico a una persona. Esta laminas tiene un alta ambigüedad en donde la persona entrevistada puede reflejar su personalidad en ella al darle una historia especifica. Según el psicoanálisis, los conflictos y deseos inconscientes se verían plasmados en esa historia. La lamina mostraba a dos personas, una un poco más pequeña y baja que la otra, bajo la sombra de un frondoso árbol con una copa que ocupa casi un tercio de la imagen con un edificio de fondo ocupando todo el fondo. La persona arma un relato, aunque no del tipo que esperaba la profesora pero que la deja algo satisfecha. Luego la persona hace un comentario peculiar sobre la imagen que mi profesora no deja pasar. De nuevo la infinita significación de las cosas mínimas.

Historias desde el diván: "El hombre del magnetofono"

El principal obstáculo con el que me enfrento en este blog es el poder acceder a muestras de la praxis psicoanalítica. Tener accesos a la teoría es facil para cualquiera, y yo en particular me beneficio con la enseñanza de la Facultad de Psicoanálisis, pero es difícil acceder a lo que sucede en los divanes. Son casi como confesionarios y casi igual de herméticos. Los psicoanalistas cuando nos cuentan que sucede allí dentro de sus consultorios solo tenemos una versión recortadas y reformada de lo que sucede y los que se acuestan en los divanes callan. Pero no siempre los que habitan los divanes callan. Un 1967 un paciente decidió abrir las puertas del consultorio. Decidió grabar una sesión con su psicoanalista.

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