El Dios del diván

El refutar algo requiere un triple de esfuerzo que decir eso que se va a refutar. Y posiblemente , hay que hacer más esfuerzo cuando más estúpido lo que se refuta. Eso me detiene varias veces a escribir ya que no pienso que valga el esfuerzo hacerlo. Pero esto creo que vale la pena. Este es el caso de un argumento que los divanistas esgrimen con bastante frecuencia para defenderse de la ausencia de evidencias sobre que su practica sea efectiva. Según ellos, no hay evidencias porque la misma naturaleza del Psicoanálisis lo impide. No hay experimento que pueda dar cuenta de su eficacia. Este argumento me lo encontré hace tiempo en un libro, pero quedo en mi tintero. Pensé en hacer un análisis orientándome centrándome en algún que otro argumento científico y algunas cuestiones epistemológicas, pero de pronto, me di cuenta de algo. Se puede enfrentar viendo que es lo que implican. Sostener que no hay forma de encontrar evidencia empírica que el Psicoanálisis funciona es sostener que se cree que es efectivo solo por fe, o lo que es lo mismo decir que el Psicoanálisis es una religión.

Esquivar el bulto y caer en la fe

El Psicoanálisis es aplicado día tras día en una amplia variedad de problemas, desde enfermedades mentales, trastornos, hasta como soporte para aquellos que transitan por situaciones complicadas como duelos, perdidas, problemas de convivencia, etcétera; o bien como una simple consultoría sobre problemas cotidianos. Entonces es esperable que se le pida a los psicoanalistas por evidencias solidas que su terapia funciona como dicen hacerlo. Evidencias que sirva de algo, y que no sea una perdida de tiempo y dinero, o bien que no sea peligrosa; y no solo sus opiniones personales nacidas de su propia practica. Lo curioso aquí es que un amplio numero de psicoanalistas y divanistas, en ves de intentar refutar o conseguir pruebas de la efectividad del Psicoanálisis, esquivan por completo toda la cuestión. Eligen tomar un camino lateral para evitar dar evidencias, pero terminan perjudicándolo aun más. Un ejemplo de ello es la supuesta refutación que Sergio Albano despliega en el capitulo V de su libro Arqueología del Psicoanálisis1 contra la refutación hecha por Eysenck2.

La "existencia" del inconsciente no se despliega en el ámbito fenoménico3 si no en el espacio simbólico discursivo. El inconsciente "existe" discursivamente y esa es su naturaleza ontológica.4

Las "realidades" que incumben al psicoanálisis son de naturaleza discursiva y su eficacia y alcance no pueden ser medida con el rasero de lo empírico.5

El "inconsciente" es un descubrimiento de la naturaleza discursiva y no una constatación empírica.6

El argumento que esgrimen estos divanistas es que el Psicoanálisis no es verificable empíricamente. Dicho de otra manera, no hay pruebas empíricas, o sea físicas, de las mejorías que produce; así como tampoco hay forma de dar con ellas. No es una simple ausencia de pruebas, producto del desinterés o de la incapacidad tecnológica para obtenerlas. El Psicoanálisis directamente no puede ser verificado empíricamente. Como veremos más adelante , esto es por una naturaleza diferente, no empírica, que el autor y, otros psicoanalistas designan como discursiva y esta proviene de su objeto de estudio: el Inconsciente psicoanalítico. El Inconsciente no puede ser verificado empíricamente, por lo tanto los efectos que la terapia psicoanalítica tenga sobre él no pueden ser verificados y por lo tanto ser medidos.

Se hace evidente una flagrante contradicción en todo este argumento. ¿Si no hay forma de medir los efectos del Psicoanálisis sobre el Inconsciente de forma que uno puede experimentarlos (empiria) entonces como es que los psicoanalistas saben que su terapia tiene efectos, incluso mejorías, en los inconscientes de los pacientes? ¿Al no haber forma de comprobar ninguno de los efectos del Psicoanálisis entonces como saben que el paciente mejora? La única forma de proclamar la eficacia de Psicoanálisis aceptando que no hay pruebas de todo esto es proclamar que se cree que el Psicoanálisis funciona es basarse en la Fe para hacerlo. Y teniendo el Inconsciente psicoanalítico la misma característica de no poder demostrarse su existencia vía pruebas empíricas hace que el decir que existe es hacerlo el objeto de fe principal del Psicoanálisis. Siendo el Psicoanálisis una practica organizada, teniendo un objeto de fe, que pretende lograr cambios en las personas la hace claramente un religión7.

Ilusión de no evidencias empíricas

Obviamente, que si hay evidencias empíricas, experimentables por el Psicoanalista que le permiten decir como la terapia que conduce. Igual de obvio, es que esas evidencias fueron enormemente y muy comúnmente criticadas, y nunca llegaron a ser lo suficiente mente solidas para admitir la terapia psicoanalítica como una efectiva. Pero los proponentes del Psicoanálisis responden que esas criticas no están bien fundadas ya que esas evidencias no pueden ser evaluadas empíricamente, ya que su naturaleza no es empírica. Pero los psicoanalistas dirán que si las hay.

[...] el Psicoanálisis no puede ser objeto de una refutación "empírica" ya que no se vale del registro experimental ni de los hechos en si mismos, si no de los efectos que estos ejercen sobre un sujeto. 8

Las "realidades" que incumben al psicoanálisis son de naturaleza discursiva y su eficacia y alcance no pueden ser medida con el rasero de lo empírico.9

Según ellos, estas evidencias no son empíricas, si no que son discursivas. O lo que es lo mismo seguir diciendo que no las hay. Sostienen que estas evidencias tienen una naturaleza diferente, una naturaleza que impide que sean evaluadas. Más específicamente que sean evaluadas científicamente. Es como si tuvieran una existencia metafísica o más allá de la realidad. Una naturaleza que no podemos alcanzar por medios comunes. El punto sigue siendo el mismo.Se sigue negando al existencia de evidencias empíricas, o sea que no hay evidencias de que el Psicoanálisis funciona o no. Seguimos sin poder evaluar al Psicoanálisis, a menos que seamos psicoanalistas. Estas evidencias son solo evaluadas por los mismos psicoanalistas. Nadie más que aquel que fue formado como psicoanalista puede alcanzar y evaluar estas evidencias.

Es difícil a veces considerar los dichos de los divanistas. Utilizan muchas palabras sin definirlas claramente. Así que es difícil saber a que apuntan. Aquí, por ejemplo, tenemos lo de "naturaleza discursiva". Solo es expresado, pero no definido. Según la RAE, las primeras definiciones de discurso involucran el pensamiento casi con exclusividad.

1. Facultad racional con que se infieren unas cosas de otras, sacándolas por consecuencia de sus principios o conociéndolas por indicios y señales.
2. Acto de la facultad discursiva.
3. Uso de razón.
4. Reflexión, raciocinio sobre algunos antecedentes o principios.
5. m. Serie de las palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa o siente. Perder, recobrar el hilo del discurso.

Pero el diccionario de Roland Chemama discurso es más amplio.

Organización de la comunicación, principalmente del lenguaje, específica de las relaciones del sujeto con los significantes, y con el objeto, que son determinantes para el individuo y reglan las formas del lazo social.

En la definición de la R.A.E. discurso se refiere a hilo conductor de un razonamiento, el cual puede ser puesto en palabras. No es algo que el sujeto mantenga en la su mente. Es algo que es posible de ser transmitido a otros. Dicho de otra forma, algo que puede ser registrado, analizado y medido. Y aun sin poder medir directamente los cambios en el discurso, podemos medir sus efectos sobre el sujeto. ¿Como ? Pues midiendo los cambios en el tema que lo trajo al diván y podemos verificar si hay cambios en como se relaciona con otros, siguiendo a Chemama y un poco de razonamiento común y obvio. Por ejemplo, si el analizante aparece con problemas de pareja, pues los cambios que se sucedan en el se reflejaran en la forma que se relación con su pareja. Así con cualquiera que se relacione y esto es cuantificable. ¿Cuantos comportamientos indeseados han desaparecido o bien se han modificado haciendo la relación con su pareja menos problemática? Esto es medible y por lo tanto un indicativo del éxito o fracaso de la terapia. Entonces ¿por que piensa que el discurso no es algo que puede ser analizado o bien que no es algo empírico?

Evidencia indirecta

Las evidencias de la efectividad del Psicoanálisis, según el autor, son los efectos del mismo sobre el sujeto. Estamos hablando de evidencia indirecta. No es necesario, como se suele creer, y también parece creer el autor, que se necesita ver algo, experimentarlo directamente, para postular su existencia con solidez. Por ejemplo, se sabe que los dinosaurios existieron debido a lo que dejaron, no a que se haya visto uno en persona. Sin embargo, podemos decir con mucha seguridad que han existido en el planeta debido a las huellas de su existencia. La evidencias de su existencia son indirectas, tan buenas como la observación directa de un dinosaurio, pero evidencias al fin. Pero, ya sea observando directamente un dinosaurio o viendo sus huesos estamos hablando en ambos casos de evidencia empírica.

Otro ejemplo sencillo es ver una huella profunda en la tierra y por su forma y estructura y decir que fue producida por tal o cual animal. Además por la profundidad de la huella podemos estimar su peso y por la distancia entre las huellas estimamos su paso y su tamaño. Entonces podemos postular la existencia de tal animal que puede producir ese tipo de huella. Si los conocidos no se ajustan a la descripción podemos postular la existencia de un nuevo animal, aun sin verlo. Esta postulación luego puede ser verificada por la observación directa del animal o bien puede ser reforzada por la observación independiente de otras personas de huellas similares ala que observamos. Postular la existencia de un animal por una huella (o sus efectos de su existencia) no es tan confiable como la observación directa, debido errores inherentes de observación o estimaciones, pero si puede llegar a ser tan solida como ella. Aun no viendo al animal podemos asegurar su existencia.

Lo mismo sucede con el Inconsciente y de la acción de la terapia psicoanalítica sobre él. Quizás no podamos ver directamente el Inconsciente pero podemos ver sus efectos y por medio de ellos la efectividad del Psicoanálisis. Si el Inconsciente modifica al discurso podemos entonces ver los cambios en el Inconsciente por lo cambios en el discurso, y si la terapia psicoanalítica modifica al Inconsciente entonces podremos ver en los cambios del discurso los cambios que provoca en el Inconsciente. En otras palabras, la efectividad del Psicoanálisis es comprobable por evidencias indirectas. Evidencias empíricas, indirectas, pero verificables, analizables, y comparables, por lo tanto medibles.

El problema surge en el valor de la evidencias presentadas hasta ahora por los psicoanalistas no son solidas ni confiables.10. Es similar a la postulación de la existencia de Yeti a través de huellas deformadas por la nieve derretida, o avistajes dudosos provenientes de personas en busca de fama o dinero, o convencidas de antemano de la verdad de lo que quieren probar al mundo. Se hace claro que nunca encontraremos un psicoanalista, una persona que ha dedicado su vida al Psicoanálisis, su practica y que vive de ella, nos diga con sinceridad que no ha visto nunca el Inconsciente o sus efectos. aun teniendo dudas nunca nos dirá que su practica esta basada en una mera creencia que ni siquiera él puede sostener. Nunca tal persona nos dirá que el Psicoanálisis no sirve. Por ello se necesitan replicaciones independiente, de allí el valor de trabajo como los de Eysenck en comprobar la eficacia del Psicoanálisis.

Fe y otra naturaleza

Volvamos al punto de esta entrada. Para hacerlo debe ignorar que hay evidencias empíricas. No solo eso ,si no incluso negar posibilidad alguna de encontrar alguna. Debo obviar la realidad y los hechos, como dice el autor que el Psicoanálisis hace.

[...] el Psicoanálisis no puede ser objeto de una refutación "empírica" ya que no se vale del registro experimental ni de los hechos [...] 11

Quizás la declaración mas descarada del capitulo que estamos tratando. Es sencillo y muy claro, el Psicoanálisis no se rige por los hechos. No le interesa la realidad por lo que no se guía por ella. No importa que realmente le ha pasado a su analizante. Es irrelevante para el Psicoanalista. Pero para poder ver si el Psicoanálisis funciona, según los psicoanalistas, hay que ignorar los hechos. Es bastante difícil seguir después de esta frase del autor. Me es difícil ignorar que hay posibilidades de encontrar evidencias empíricas de la eficacia del Psicoanálisis. Sostener algo sin evidencias es sostenerlo por fe. Creer en algo sin evidencias es la definición de fe. Sostener que el Psicoanálisis es eficaz y no tener pruebas es, obviamente , una cuestión de fe y nada más que fe.De la misma forma, considerar la existencia de Inconsciente sin evidencias es hacerlo el objeto principal de la fe psicoanalítica.

Hay algo más que deberíamos considerar antes de cerrar. Los psicoanalistas le otorgan al Inconsciente una naturaleza especial. Es una naturaleza contraria a la empírica, o sea que no se relaciona con los hechos del mundo. Dicho de otra forma, el Inconsciente tiene una esencia no natural, una naturaleza que no se corresponde con los hechos y por ende con la realidad, por lo que debemos suponer que se encuentra por fuera de la naturaleza misma. Esto, por demás, se asemeja, cuando no se iguala, a la misma naturaleza que tiene las deidades religiosas. Su existencia esta por fuera de la realidad, lo que hace imposible su verificación por la ciencia. No son objeto de estudio de la ciencia. Esta no puede alcanzarlos. Solo pueden ser experimentados por los sujetos. La formación del psicoanalista requiere inevitablemente el paso por el análisis didáctico el cual tiene justamente el objetivo de que el futuro psicoanalista experimente en si mismo el Inconsciente y los efectos del Psicoanálisis.

Resumiendo

No me queda más que concluir que el Inconsciente es el Dios del Psicoanálisis. Es el objeto al que le rinden pleitesía y alabanzas los psicoanalistas y divanistas. El Psicoanálisis es por lo tanto la religión del Inconsciente. Su practica constituyen los ritos de este culto y los psicoanalistas los sacerdotes que los ofician. Y es obvio decir que los divanes son los altares de esta religión que cada día sacrifica un analizante.

  • 1. Buenos Aires - Quadrata - 2006 ( 1º edición)
  • 2. Pero eso voy a tratarlo aparte, ya que se trata del clásico Ad Hominem resistente y no tiene relevancia para esta entrada.
  • 3. El resaltado es mío.
  • 4. p.66
  • 5. Ibid.
  • 6. p.67
  • 7. Hay otras muchas similitudes, que discutiré en otro lado.
  • 8. El resaltado es mío - p.67
  • 9. p.66
  • 10. Muchas de estas evidencias presentadas por los psicoanalistas han sido pruebas salidas de sus propias experiencias personales, osea su experiencia salida de su propia clínica. Ya en su momento expuse algunos argumentos por que este tipo de argumentación no es valida para validar una teoría. Y a pesar de haber pasado más de 100 años aun no se han conseguido presentar evidencias solidas de la existencia del Inconsciente y de la efectividad de su terapia ... cuando menos no con una lógica razonable y no los desvarios salvajes de cierta epistemología solo posible de ser dictada, regida y regulada por los mismos psicoanalistas.
  • 11. p.67 - el resaltado es mío.

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