Lacan es complicado de entender. Esto lo saben hasta los mismos partidarios de Lacan. Lo aceptan, y extrañamente, hasta se vanaglorian de ello. Yo trato de evitar su charlatanería pretenciosa ya que no encuentro, al esforzarme por descifrarlos, mas que errores, incoherencias, o simple dichos del saber popular, los cuales se ocultan en su estilo de escritura. Hace poco me tope con Richard Webster exponiendo con claridad este estilo charlatán de Lacan. Vale la pena traer al blog este pequeño análisis.
En un articulo de su pagina personal, Webster hace un pequeño análisis de la aparente profundidad y cientificidad que parece emanar de los discursos de Lacan. Toma un párrafo donde Lacan habla del estadio del espejo y lo desmenuza.
Esta jubilosa aceptación de su imagen especular por el niño en su etapa de infans, todavía hundido en su incapacidad motora y la dependencia de cuidados, parece exhibir en una situación ejemplar la matriz simbólica en la que el Yo se precipita en una forma primordial, antes de que sea objetivado en la dialéctica de la identificación con el otro, y antes de que el lenguaje restaure en ella, en lo universal, su función como sujeto.1
Webster toma este párrafo y lo analiza.
El pasaje, considerado por muchos lacanianos como una formulación crucial, es un ejemplo interesante del estilo expositivo de Lacan. El registro dominante es uno científico; se nos dice que el "yo" es "precipitado", como si lo que se describe es un experimento de química. 'Forma primordial'es una frase con una resonancia científica similar, aunque esta vez el campo evocado es el de la geología o biología evolutiva. En ambos casos, algo que se llama el 'Yo' es referido como si fuera un objeto sólido con propiedades físicas que pueden ser tanto transformadas y descritas. 'Matriz simbólica' es otro término que suena técnico que parece referirse a un proceso semántico o entidad en particular, aunque ninguna pista se proporciona en cuanto a qué podría ser este proceso o entidad. Cuando Lacan pasa a referirse a la etapa de "antes de que sea objetivado en la dialéctica de la identificación con el otro, y antes de que el lenguaje restaure en ella, en lo universal, su función como sujeto", escribe como si fuera en referencia a una teoría del desarrollo humano que es ampliamente entendido y comúnmente sostenido como verdad. Sin embargo, aparte de la resonancia hegeliana o marxista de la palabra "dialéctica", ninguna información se ofrece en cuanto a qué esta teoría podría ser o dónde podría encontrarse alguna exposición de la misma.2
Su conclusión es la misma que termine formulandome al pasar por la Facultad de Psicoanálisis.
La aparente confianza y omnisciencia de formulaciones de Lacan es probable que conduzca a los que lo leyeron por primera vez de asumir que se está refiriendo a un cuerpo coherente de conocimientos con los que deben estar familiarizados, o que las llaves que abren sus formulaciones se encuentran en otros lugares en sus escritos. En un esfuerzo por encontrar esas llaves bien pueden encontrarse sumergirse en un profundo estudio de los escritos de Lacan.3
Esta es la trampa del estilo de Lacan en la que muchos caen. Se le da un crédito antes de que se haga merecedor al mismo. Se lo supone verdadero sin que haya dado muestra de ello. Entonces cuando Lacan habla de Topología4, no tenemos estudiantes que duden de esto, si no tenemos a seguidores lanzandonse sobre Tratados de Topología. Cuando fracasan en entender Topología por su cuenta, o como esta se relaciona con lo dicho por Lacan, no asumen nunca que Lacan no sabe de Topología, si no que ellos no tienen la genialidad o el intelecto de Lacan para entenderlo. Suena tan profundo, intelectual y complejo que debe ser imposible que Lacan se haya equivocado y el equivocado debe ser uno. La verdad es mucho más simple y difícil de aceptar: uno ha sido engañado, bien engañado, por un completo estafador intelectual.
- 1. Citado en el articulo - Jaques Lacan, Ecrits. p2 - Traducción propia.
This jubilant assumption of his specular image by the child at the infans stage, still sunk in his motor incapacity and nursing dependence, would seem to exhibit in an exemplary situation the symbolic matrix in which the I is precipitated in a primordial form, before it is objectified in the dialectic of identification with the other, and before language restores to it, in the universal, its function as a subject.
- 2.
The passage, regarded by many Lacanians as a crucial formulation, is an interesting example of Lacan's expository style. The dominant register is a scientific one; we are told that the 'I' is 'precipitated' as though what is being described is a chemical experiment. 'Primordial form' is a phrase with a similar scientific resonance although this time the field evoked is that of geology or evolutionary biology. In both cases something called the 'I' is referred to as though it were a solid object with physical properties which can be both transformed and described. 'Symbolic matrix' is another technical-sounding term which appears to refer to a particular semantic process or entity, though no clue is provided as to what this process or entity might be. When Lacan goes on to refer to the stage 'before the "I" is objectified in the dialectic of identification with the other' and to the power of language to restore to the I 'its function as a subject' he writes as if he were referring to a theory of human development which is widely understood and commonly held to be true. Yet, apart from the Hegelian or Marxist resonance of the word 'dialectic', no information is offered as to what this theory might be or where any exposition of it might be found.
- 3.
The seeming confidence and omniscience of Lacan's formulations is likely to lead those who read them for the first time to assume that he is referring to a coherent body of knowledge with which they should be familiar, or that keys which unlock his formulations will be found elsewhere in his writings. In an effort to find such keys they may well find themselves plunging into a deep study of Lacan's writings.
- 4. Ver para más detalles el capitulo dedicado a Jaques Lacan en Imposturas Intelectuales de Allan Sokal
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