Sigmund Freud

El amor de mama

El saber popular indica que una madre dejaría todo por su hijo. Esto es una especie de saber que no se discute por evidente. Es evidente y es tonto discutir lo evidente. Más de una vez uno puede notar como el psicoanálisis se alinea con este saber popular. Aunque, en realidad, esto pasa con las pseudociencias en general. Este movimiento es una especie de darse autoridad recíprocamente. El saber popular, basado solo en la intuición y las asociaciones simples, se encuentra con que algo da una explicación con aspecto de científica de algo que ya conoce, o sea explica y da fundamentos a eso que intuye, y esta explicación encuentra así una amplia aceptación en el saber popular ya que lo avala con esta explicación. Pero se puede encontrar pensadores que se atreven a repensar estos saberes evidentes y ponerlos en cuestión. Uno de esto pensadores ha sido Freud. Él se atrevió a repensar el tema de las renuncias que una madre llega a hacer por su hijo. Quizás la historia que mejor ilustra esta supuesta capacidad innata de una madre de poder renunciar por el bienestar de su hijo se encuentre en aquella historia del rey Salomón de las dos mujeres disputándose un hijo. La cátedra que curse este cuatrimestre, avalaba este pensamiento saber evidente de que una madre renuncia o sacrifica por su hijo, pero esto justamente va en contra de la posición de Freud, la cual es algo diferente. Este es un ejemplo más de superficialidad de la enseñanza en la Facultad de Psicoanálisis y de como se va en contra del mismo Freud en el proceso.

Sobre Dora y una enseñanza sexista

Hace bastante que debí haber escrito esto. Esta es una deuda fuerte con este blog y la quiero saldar. Me llevo tiempo encontrar la transcripción de la clase de la que voy a hablar. No quería que mi memoria fallara en esto. Quería todo lo más fiel posible. La transcripción oficial de la clase, que tardo bastante en aparecer, no era muy confiable. Tuve que conseguir el audio de la misma y revisar yo mismo la transcripción. Luego vinieron otras obligaciones, personales y laborales, y el blog quedo algo relegado. Pero ahora, no muy aliviado, pero con algo de tiempo, voy a saldar la deuda. Tengo que compartir es calse sexista.

Chiste contado por Freud ... pero realmente ahora

Me agrada el humor. Como verán, los últimos días he puesto más humor que otra cosa. El examen que se avecina hace que me centre en el humor. No hay mucho de gracioso dar un examen y menos de psicoanálisis. Es patético tener que hacerlo. ¡Pero que no decaiga el animo!. Dejemos que Freud nos cuente un chiste. Ya había posteado un supuesto vídeo de Freud contando un chiste, pero no estoy seguro de su autenticidad. Pero de este chiste estoy completamente seguro que es contado por él. Es un chiste viejo, pero algo olvidado. Dejemos que Freud alegre el día.

El sueño de la mujer del carnicero que supuestamente es bella segun Lacan

Ayer tuve una pequeña alegría. El ejercicio de analizar detalladamente los casos de Freud da frutos en mí. Es como cuando uno va al gimnasio y ve luego de un tiempo al espejo que tenemos algo más de musculo y firmeza. En la clase de prácticos me tope con un sueño y un análisis de Freud, el cual debo decir no había leído para la clase, sin embargo pude ofrecer una replica a la interpretación de Freud. No se me paso por alto los problemas de su análisis. Freud comenta el sueño de una mujer que esta usa para argumentar que NO todos los sueños son cumplimientos de deseos. Este le pide ver como su sueño es un cumplimiento de deseo. Freud opta por explicar de forma sexual el sueño. No se detiene hasta que tiene la sexualidad involucrada en el sueño, y por ello se le escapa las explicaciones más simples como ya vimos antes. En este caso parece pasar por alto dos explicaciones que lo sacarían sencillamente y sin gran esfuerzo del problema planteado por la paciente.

Los hijos como sabandijas

Una de las ideas que dificulta la critica a Freud es la idea idealizada del mismo. Pensador prolífico, investigador humano, intachable científico, poeta y escritor son algunos de los calificativos que se pueden sentir. La idea de esta entrada es mostrar un poco los eufemismos que Freud usaba. Como para hacer más informal su imagen. Humanizarla para poder facilitar la critica. Mientras se lo tenga en una categoría de semi-dios, genio intachable o iluminado la critica se dificulta. Muchos estudiantes no se atreven a medirse contra un grande. Siempre existirá el temor de "¿Quien soy yo para discutirle a este grande?", que se convierte en una acusación en la boca del seguidor del psicoanálisis "¿Quien te crees para enfrentar a un genio como Freud?". Pues tengo una noticia shockeante para los devotos seguidores del psicoanálisis: Freud era humano y era capaz de cometer errores, prejuicios, mentiras y engaños como cualquier otro ser humano. Pero esto no va de errores, si no de eufemismos. Estos que recopile muestran un cierto humor en Freud al referirse a sus propios hijos, que quizás no sea digno de alguien de la altura de un genio impecable e intachable, pero que si encajan con un ser humano común y corriente.

Freud y la homosexualidad: un asunto de traducción

En 1935 Freud escribe una carta en respuesta a otra escrita por una mujer. Esta mujer es, según la carta, una madre preocupada por la homosexualidad de su hijo. ¿Qué tiene en particular esta carta? Siempre se le ha criticado a Freud su posición sobre la homosexualidad y, según algunos, esta carta freudiana muestra que Freud no consideraba como un problema, una enfermedad o una perversión a la homosexualidad. Sin embargo, estas defensas descansan sobre traducciones no muy fieles a la original, por lo que me he tomado la molestia de traducirla más adecuadamente. Sobre esta traducción se puede ver que, en realidad, Freud no era tan amigable con la homosexualdiad como se pretende. No ve en ella una sexualidad en pleno derecho, sino como un desarrollo de la sexualdiad incompleto o detenido como se lo plantearía a Wortis unos meses antes.

La atemporalidad en un caso de seducción real

Esta entrada la vamos a dedicar al análisis de un sencillo caso. La particularidad del mismo esta, primeramente, en la forma atemporal de los efectos de los traumas sufridos por la paciente. Luego tenemos el uso de la falacia de falso dilema al llegar a la resolución del caso. No tengo evidencias para decir que Freud hizo a sabiendas esto ultimo, pero esto no lo disculpa de no considerar en profundidad su propios casos, o de la ciega seguridad en sus propios postulados teóricos hasta el punto de forzar las conclusiones de sus casos obligando a los mismos pacientes ha confirmar sus diagnósticos. En la entrada donde hablo de esta falacia ya he introducido este caso como ejemplo y aquí voy a profundizarlo analizándolo parte por parte. En este caso la falacia de falso dilema juega un papel importante, pero también debemos notar que la excesiva seguridad con la que actúa Freud. Un detalle agregado, aún a pesar de la falsa dicotomía de Freud que la pone en una encrucijada, es ver como la paciente acepta con facilidad la explicación de Freud. Esto puede indicar que realmente hubo un abuso sexual real aquí, y no fantaseado, y la paciente encuentra alguien a quien comunicarselo. Lamentablemente, Freud parece despreciarlo, ya que su nueva teoría de fantasías edipicas en solo un par de meses después aparecerá en la escena psicoanalítica.

De tótems, tabúes e interpretaciones a medida

Vengo diciendo que Freud es leído, mas bien interpretado, a gusto y piacerre del psicoanalista de turno. Hay tantos tipos de psicoanálisis como psicoanalistas. Todos parecen entender mejor el psicoanálisis que cualquier otro. Así, yo yendo a la Facultad de Psicología me encuentro con la Facultad de Psicoanálisis. Es irónico, pero ni siquiera allí se puede estudiar Psicoanálisis bien. Ni siquiera podemos leer a Freud sin una visión sesgada del mismo. Si esto no fuera así, el psicoanálisis hace mucho que hubiera caído por su propio peso. Al estar siempre en continuo cambio de lugar y forma se adapta a cada nueva situación sobreviviendo. Les traigo un ejemplo por demás claro de esta distorsión que sufre el psicoanálisis en la mismísima Facultad de Psicoanálisis.

Si es cara yo gano, si es ceca tú pierdes

Leyendo y releyendo a Freud me topo con lo que bien podríamos un acto de prestidigitación psicoanalítica. Su objetivo es defender, a capa y espada, a la interpretación de de los sueños de cualquier fracaso que pudiera cometer. Wittgenstein mostraba una cierta tendencia absolutista en Freud1. Debía ser para él un todo o nada. O se explicaba todo o si no la teoría no sirve. Y estos ejemplos que siguen, salidos de Interpretación de los sueños, le da razón. O todo los sueños son explicados o ninguno lo es. Es conocida el enunciado de que todos los sueños son cumplimientos de deseos. Y esta premisa esta en el sentido que estoy indicando. Aquí cuando dice dice 'todos' son todos. No es un todo que se entiende como una generalización, si no que es la totalidad de los casos.

Un sueño incomodo

Como se sabrá, Freud fue el primer psicoanalista del mundo. Una pregunta se hace obvia: ¿Entonces Freud nunca se psicoanalizo? No. Él realizo lo que se denomina un auto-análisis. Tomo los elementos principales que le ofrecía su consciencia para acceder al inconsciente y los sometió a la lupa psicoanalítica. Según la teoría freudiana, estos elementos son "producciones del Inconsciente", por lo que analizando estos elementos podremos llegar a la fuente de los mismo: el mismísimo Inconsciente. Freud se dedico un tiempo a analizar estas producciones y dejo constancia escrita de ello en sus cartas. En esta entrada me voy a centrar en un sueño de aquel periodo de auto-análisis que resulta muy, pero muy, llamativo y la interpretación que el mismo Freud hace de él. Un sueño donde se ve a él mismo como un padre abusador.

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