Ese malestar llamado mujer

Es interesante ver como el homosexualisismo en Freud fue matizándose con el tiempo. Poco a poco se fue modificando la posición del Psicoanálisis. Claro esta, que nunca logro tener el estatuto de sexualidad completa y adulta que tiene el heterosexualismo. Esto no ha sucedido con el sexismo de Freud. Estudiando para un parcial reciente me topo con un sexismo que se encontraba incluso antes del mismo Psicoanálisis en un texto casi del final del Psicoanálisis. El sexismo parece no haber cambiado nunca en el freudismo, ni siquiera en su parte final.

El sexismo del freudismo hoy es enseñado en la Facultad de Psicoanálisis en pleno centro de Buenos Aires. Hoy se enseña que la mujer es un ser incompleto, un ser castrado, con la estructura mental de la histeria. Para Freud las mujeres están muy necesitadas de protección1 y "de alguien que les sirva de maestro y apoyo"2. Ya sabiamos que la mujer no aporto nada más que el arte del tejido a la cultura, pero ahora la mujer en Malestar en la Cultura, esta ademas en contra de la cultura.

La siguiente discordia es causada por las mujeres, que no tardan en oponerse a la corriente cultural, ejerciendo su influencia dilatoria y conservadora. 3

Lo dicho. En contra de la cultura. La pregunta es ¿por que?

Sin embargo, son estas mismas mujeres las que originalmente establecieron el fun­damento de la cultura con las exigencias de su amor. Las mujeres representan los intereses de la familia y de la vida sexual; ...

Ya en 18883, Freud le contaba a su prometida que el lugar de la mujer era la atención de la familia y los hijos; y le contaba lo poco realista de pensar en la independencia económica de la mujer, ya que el destino de la mujer la traería de vuelta al lugar de esposa. En 1930 esta idea aun estaba presente. El lugar de la mujer seguía siendo el cuidado de la familia, y aparentemente de la vida sexual. ¿por que de esto ultimo?

... la obra cultural, en cambio, se convierte cada vez más en tarea masculina, imponiendo a los hombres dificultades crecientes y obligándoles a sublimar sus instintos, sublimación para la que las mujeres están escasamente dotadas.

La mujer se encuentra escasamente dotada de controlar sus impulsos sexuales. En cambio, según Freud, el hombre esta mejor preparado para sublimar, o sea de poner sus energías sexuales a tareas más elevadas, más intelectuales. La sublimación es la base de la cultura. Las elaboraciones y trabajos intelectuales no son más que energías sexuales desplazadas de su fin para el Psicoanálisis. La capacidad del hombre pueda dejar de lado el sexo y dedicarse a tareas intelectuales es el motor del progreso. La mujer al estar "escasamente dotada" para esto pues son las que cuidan de la familia y al sexo. Su escasa capacidad de sublimar implica que la mujer pues no puede desarrollar tareas culturales. Se encuentra en clara desventaja con el hombre en este terreno.

Dado que el hombre no dispone de energía psíquica en cantidades ilimitadas, se ve obligado a cumplir sus tareas mediante una adecuada distribución de la libido. La parte que consume para fines cultu­rales la sustrae, sobre todo, a la mujer y a la vida sexual; la constante convivencia con otros hombres y su dependencia de las relaciones con éstos, aun llegan a sustraerlo a sus deberes de esposo y padre.

He aquí el motivo de la afrenta de la mujer contra la cultura. Simple envidia o falta de atención. La mujer va contra la cultura por que no es atendida con exclusividad, y como se encuentra imposibilitada de competir con el hombre en este terreno es resiente de la cultura.

¿Autobiográfico?

No puede dejar de pensar que este trozo de texto tiene tintes autobiográficos. Este texto parece una buena descripción de lo que fue el matrimonio Bernays-Freud. Martha era la que se ocupaba de la casa y los hijos; y Sigmund de su adorado Psicoanálisis. En palabras del hijo varón mayor Martin:

Papá dejo la educación de sus hijos casi totalmente en manos de nuestra madre, [...]  cuando en realidad lo necesitábamos, descendía de la cima del Olimpo para ayudarnos.4

Freud ocupaba muy buena parte del día a sus asuntos "científicos" con el Psicoanálisis.

[...] veíamos muy poco a mi padre cuando, gran parte del año, trabaja dieciséis a dieciocho horas al día.5

Solo en vacaciones se dedicaba a sus hijos.

[...] a nosotros nos parecía que no lo veíamos por el contraste que producía su presencia en nuestras vacaciones de verano.6

A si tenemos a ese hombre ocupado en cuestiones científicas y tenemos a la mujer ocupada con la familia que describía el mismo Martín. Para completar la escena, es sabido que la mujer de Freud no veía con buenos ojos la tarea de su esposo. Martha Bernays califico el trabajo de su propio esposos como pornografico. Freud mismo dejo entrever esta posición de Martha en un carta a Fliess:

Annerl esta tontamente voraz y tiene seis dientes no observados gracias a su acientífica madre.7

Freud usa el termino "acientífica" para hacer notar la renuencia de Martha a seguirle los juegos numerológicos  a su esposo y a su amigo Fliess. Por aquel entonces se encontraban Freud y su amigo en la búsqueda de patrón numéricos y secuencias en los eventos biológicos del ser humano. Así la aparición de los dientes en un hijo les esta dando fechas y tiempos de la aparición de la dentición. Algo injusto Freud ya que la mujer estaba a cargo de unos seis hijos y uno de los cuales, Anna específicamente, solo tenía unos ocho meses. Como para tener la cabeza vigilando fechas ... Concluyendo En resumen, hay algunos paralelismo entre lo que escribió Freud aquí y su propia vida conjugal. Lo dicho no parece ser más que un descripción de sus propias experiencias que intenta generalizar a todo el mundo. Les recuerdo que este es otro texto que se da en la Facultad de Psicoanálisis en donde se muestra a la mujer como incapacitada para las tareas culturales o intelectuales y que se hace estudiar para darlo en exámenes como algo cierto. Lo que es curioso aquí es que las mismas mujeres que concurren a la Facultad nunca han protestado por nada de esto. Las mismas mujeres estudian que son incapaces para dedicarse a tareas que no vayan más allá del tejido y se quedan acalladas en una actitud de aceptación. Incluso se les puede decir que son castradas histéricas y lo aceptan con absoluta tranquilidad. Por lo menos el padre del Psicoanálisis en su sexismo era coherente en su vida cotidiana con lo que escribía.

  • 1. Carta a Matha Bernays del 15/11/1883 - Sigmund Freud - Epistolario (Tomo I) Selección de Ernst L. Freud - p.88 - Ver más en esta entrada
  • 2. Sigmund Freud (19), Tres ensayos de teoría sexual, (traducción Ballesteros) Editorial Nueva - p. 1178
  • 3. Sigmund Freud (1929 [1930]), El malestar en la cultura - Obras Completas (traducción Ballesteros) - Editorial Nueva -  p.3041
  • 4. Freud, Martin (1966) Sigmund Freud: Mi padre - Ediciones Horme - Buenos Aires - p. 42
  • 5. Ibid. -  p.48
  • 6. Idem.
  • 7.  Freud, Sigmund (1986) Cartas a Fliess - Amorrortu Editores - Buenos Aires - p.208 Carta del 12/8/1896

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