La interpretación completamente arbitraria que hacen los psicoanalistas de sus significantes es fascinante. Impunemente pueden destripar sus significantes sin que medie razón alguna para hacerlo. Hacen los que les viene en gana con las palabras. Un clásico truco es el de pasar de un idioma a otro. Puesto que el inconsciente habla idiomas que el consciente no sabe, o que jamas escucho oír, esto dentro del fantastico mundo psicoanalítico es valido. Revisando los panfletos de la Facultad me encontré con esta pequeña belleza. En un consultorio psicoanalítico esto puede pasar como un despliegue de la sabiduría que el psicoanalista obtiene de esos rincones profundos de la mente donde habita el inconsciente, pero en cualquier otra situación esto no es más que un truco barato para parecer más inteligente de lo que se es. En un panfleto que promociona un curso de "Introducción a la obra de Jacques Lacan" me encontré con esto:
En el idioma portugués el vocablo castellano "hablar" es "falar". Resonancia crucial en lo tocante a la propuesta de nuestro Seminario: conversar es poner a jugar la dialéctica del falo [...]
Aquel que no esta familiarizado con los malabares lingüísticos psicoanalíticos le parecerá que esto es una pequeña aberración o un desvarío de un lector afiebrado devoto del psicoanálisis. Pero no. Lamentablemente, no lo es. Es una muestra de los trucos interpretativos que dejo el maestro a sus discípulos. Es un truco avalado por la practica del padre de la horda psicoanalítica. Sería una buena oportunidad para hablar de los truquillos del maestro, y sus posteriores discípulos, con respecto al desmembramiento de las palabras (¡perdón! significantes), pero no quiero que el efecto de esta perlita se diluya, así que lo dejo para algún otro momento.