¿El psicoanalisis da respuestas al analizante?

"¿Como lo hace sentir eso?". "Ajá". "Cuenteme más de eso". Son algunas de las expresiones que se le adjudican a los analistas. Estos darían respuestas como estas cuando su analizante les solicita algún tipo de respuesta activa o directa o algún tipo de comentario a lo que dicen. Los analistas solo dan escuchas pasivas. No interfieren con los relatos de los analizantes. Los analizantes no saben que los analistas rara vez tiene permitido una intervención directa, por lo que rara vez darán una respuesta directa, por lo que rara vez el analizante tendrá algo sobre lo que pensar que su analista le haya dicho. Básicamente esto es un mal entendido entre analizantes y analistas sobre lo que se entiende por respuesta. Según el primer articulo de "El Otro Psi", en su edición de Julio de este año, el psicoanálisis si da respuestas, pero veremos que no son las que el analizante busca. Dicho de otra forma, son respuestas a preguntas que nunca formulo el analizante. Veamos que entiende por respuesta este analista y los que un analizante entiende por tal. Recorramos el articulo y veamos si obtenemos una respuesta de este analista.

El articulo comienza poniendo en otras palabras lo que ya expuse:

Por diversas razones se estableció un clisé en nuestro ambiente que consiste en no dar demasiados datos acerca de lo que va a suceder, cuando no siempre es lo más conveniente. 1

¿Que es lo que "va a suceder"? Creo que refiere a la cierta reluctancia de los psicoanalistas a hablar de su método terapéutico. Es muy difícil que un analista hable de como actuara con el analizante. No le dirá nada de lo que sera su modo de actuar. Mucho menos hablara de los fundamentos teóricos de la técnica, la cual aplicara en su caso. Y algo que nunca se le ocurriría sera enseñarle o educarlo en esa teoría. Pero creo más bien que se refiere al clisé de ser ambiguo en las respuestas, de no aportarle algo claro al analizante.

Es importante que quien recibe una consulta dé una respuesta, pero debe ser una que se ajuste al caso y para eso previamente debemos escuchar atentamente que es lo que se nos demanda.2

Aquí tenemos un malentendido. Uno puede pensar "Yo voy a un analista en busca de respuestas sobre lo que me aqueja". Uno piensa que el analista le ayudara a resolver el problema que lo afecta dándole algo de información al respecto, y, de allí, generar entre ambos una estrategia o curso de acción para resolverlo. Pero el analista piensa diferente. Este "escuchar atentamente" que nos dice el autor del articulo no esta dirigido a lo que explícitamente dice el analizante. La atención del psicoanalista estará puesta en otro lado muy diferente. Según él, estará puesta más allá del sujeto que habla.

El analista trata de escuchar al inconsciente del paciente, que según él, que se filtra en lo que el analizante dice. El analista, aunque parezca atento a lo que el analizante diga, no lo esta. El analista estará atento a lo que le indique la presencia del inconsciente en lo que dice el analizante. Debería decir, más bien, lo que el analista piensa que se filtra en él. El analista busca aclarar lo que el analizante realmente quiere decir, lo que que realmente intenta decir. En cierta forma, lo que explícitamente dice no le importa, si no es en relación con lo que el inconsciente dice o en otras palabras, lo que el analizante no dice.

Cuando damos una respuesta, y cuando hacemos silencio también, estamos contestando a la pregunta que planteaba al inicio.3

Otra vez debemos aclarar los términos. ¿Que entendemos por respuesta? Claramente, algo diferente a lo que entiende el autor. Pongamonos del lado del analizante. El analizante llega con un problema especifico. Sabe que hay algo que lo afecta y que no puede continuar de la misma forma que antes. Digamos, problemas de ansiedad, fobia, compulsiones o un simple problema de la cotidianidad como problemas en el trabajo o con su pareja. Esa es la pregunta y la demanda a la que realmente debería referirse todo. Ese es el problema que acusa el analizante. Como ya dijimos esto no interesa al analista, si no esta relacionado con aquello que no dice el analizante o con lo que supuestamente dice el inconsciente del analizante, según el analista. Entonces la respuesta que busca el analizante sera una respuesta dirigida a su problema. El resto no sera considerado como respuesta.

Aun asumiendo que las respuestas deben estar orientadas al problema. Nuestro autor parece considerar todo como una respuesta. Y no esta equivocado. Como bien menciona, hasta el silencio es una respuesta. De lo que estamos hablando aquí es de teorías comunicativas, pero mal entendidas en su aplicación. Frente a una pregunta siempre daremos una respuesta. Imagine alguien haciéndole una pregunta explicita, o a alguien mirándolo fijamente, o que solo dando vueltas ansiosamente a su alrededor. Los tres casos se pueden tomar como preguntas, o sea como exigencias de una respuesta. Una pregunta es una exigencia de una respuesta, o sea de un acto verbal o no. Así la respuesta no necesariamente sera verbal y/o explicita. Puede ser implícita y/o no verbal. Puede ser un acto de algún tipo. Ante la pregunta "¿Vas a saltar o no?" Uno pude decir "si", "no" o directamente ponerse a saltar.

Un peculiaridad de las preguntas es que no podemos escapar de ellas. La exigencia de respuesta es absoluta, si se quiere. Comprendida la pregunta, la exigencia nos es imposible negarla. Cualquier cosa que hagamos sera una respuesta; más correctamente podemos considerarla como respuesta. Es una exigencia que haga lo que se haga se la esta cumpliéndola. El unico modo de escpar a esta exigencia es no percatarse de la pregunta, pero en este caso ya no estamos ante un pregunta. Lo que remarco aquí, es que frente a una pregunta siempre se da una respuesta, aunque esta no este orientada directamente a la pregunta.

Frente, al primer caso de una pregunta directa, uno puede optar de formular una respuesta directa. Un turista le pregunta "¿Por donde voy a la calle tal?" y usted responde "Por allí." Pregunta directa, respuesta directa. Pero uno podría optar por ignorar a que pregunta y seguir camino. Esto también es una respuesta. Claro que no es una respuesta a la exigencia fundamental de la pregunta, pero técnicamente hablando es una respuesta. Uno podría fingir estar sordo, o no entender al turista. O podría responder "No losé." lo cual también es una respuesta a la pregunta. El fingir no entender al turista o ignorarlo son también respuestas, pero prácticamente hablando no se esta respondiendo a la pregunta. Se la esta evitando, pero al evitarla se la esta respondiendo técnicamente hablando. Hasta el despreciar la pregunta del turista, como por ejemplo expresar que el turista es tonto, solo por que esta parado sobre la calle sobre la que pide información, también resulta ser una respuesta.

Ahora una persona puede implícitamente hacer una pregunta. Recordemos que una pregunta es una exigencia de respuesta. Alguien mirando en la lejanía a nuestra posición esta exigiéndonos una respuesta, esta haciéndonos una pregunta. Una persona alrededor muestro rondandonos ansiosamente, puede estar haciendo o no una pregunta, dependerá de lo aludido por su conducta estemos. Todo dialogo, entonces, esta repleto de preguntas. Un pregunta, sea verbal o no, explicita o no, exigirá una respuesta. Respuesta que se transformara en pregunta y su vez exigirá una respuesta; esto es la mecánica del dialogo. Como se darán cuenta un gesto, una mueca o hasta un silencio es una respuesta, pero no sera una respuesta dirigida al problema que aqueja al analizante.

Así por ejemplificar, ante una pregunta concreta del analizante hacia su analista como puede ser "¿Y usted que opina de lo que le hable?", el analista puede callar, generar un silencio, y encogerse de hombros y poner cara de desconcierto. La conducta del analista es una respuesta, pero ciertamente no es el tipo de respuesta que el analizante busca. No sera una respuesta que el analizante considerara como la que vino a buscar. El problema del autor es que no esta diferenciando bien entre pregunta dirigidas al problema explicito del analizante y las preguntas que surgen del dialogo que tiene con el mismo. Así piensa que un silencio es un respuesta. Técnicamente hablando si lo es, pero prácticamente no lo es. Teóricamente hablando si lo es, pero para el analizante no lo son ya que no esta dirigida a la resolución de su problema. De aquí es donde nace ese cliśe que acusa el autor.

Ahora bien, ¿hacia donde debe estar dirigida la respuesta entonces según el autor?

La dificultad más importante en este punto es que la respuesta debe ser a partir del sujeto del significante, más allá de la trama imaginaria que el yo construye con lo que acontece4.

Una respuesta de este tipo no parece ayudar mucho a eliminar ese clisé. Volvemos a lo que mencionamos al principio. El analizante llega al 'consultorio' del analista y acusa tal o cual problema, y tampoco dejara de aducir ciertas causas a su problema, y hasta ciertos culpables. Ahora bien, todo profesional intentara entender bien el problema que aqueja al analizante o paciente. Muchas veces las causas, o causantes, que menciona el paciente no son tales para su problema; pero si el problema es lo que dice el paciente, debido que es lo que le causa el sufrir.

Permitan que sea el traductor de esta oración lacaniana al español. La oración reconoce que algo sucede al analizante y que este arma algo en su imaginación ese algo. De allí, se extrae lo que cree el analizante sucede, y no lo que realmente sucede. El analizante llega a consulta con una historia armada a partir de los hechos que le acontecen, y esa es la trama imaginaria a la que refiere. El yo es la parte consciente del analizante. Para el analista, la trama verdadera sera la que realiza la parte inconsciente del analizante, o sea su inconsciente. Según para el psicoanálisis, y en especial para el lacaniano, el inconsciente se vera reflejado en el sujeto que habla, de allí la expresión sujeto del significante. Se puede tomar significante como la equivalente a la palabra hablada en este caso, sin perder o modificar mucho del sentido de la oración.5 La respuesta debe estar orientada, entonces, a la parte que el sujeto habla, o más bien en la parte que el sujeto es hablado por el inconsciente6. ¿Más sencillo? Más allá de lo que el analizante explícitamente le comunica a su analista7. Más adelante en el texto esta idea se refuerza.

Avancemos un poco más afirmando nuevamente que el analista responde, pero pensamos ahora desde dónde. Para poder responder es necesario saber por quien y para quien el sujeto plantea su pregunta, pero esa pregunta solo puede desplegarse a partir de neutralizar el yo.
¿Pero como salir de este aparente callejón sin salida? Por que para que se efectivice la pregunta que funda al sujeto contamos siempre con la presencia del yo del que habla.8

Ya decíamos que el analista no escucha a su analizante, si no que intenta escuchar al inconsciente del analizante, y que esto significa que el analiza desprecia, con intención, lo que el analizante le dice explícitamente. Aquí tenemos otros párrafos para sustentar esto. Se debe neutralizar al Yo, ¿pero que Yo es este? Es el Yo del que habla, o sea el Yo del analizante. En otras palabras, el Yo del que busca ayuda en el psicoanalista. Nótese que la preocupación del autor y de los psicoanalistas es el sujeto. Nuevamente estamos en la puerta de un malentendido. Alguien puede pensar que sujeto es el sujeto que va a consulta, el sujeto físico que tiene cuerpo y se expresa por el habla al pedir una respuesta al analista. No, ese sujeto no es. Los psicoanalistas siempre buscaran en el fondo, no se quedan con lo superficial, según ellos. Así que este sujeto es un sujeto más profundo, más oculto si se quiere, que el sujeto que habla. O sea tratan de ver más allá del sujeto que va a consulta. No consideran lo que dice uno en consulta.

Más adelante el autor ejemplifica como el silencio es una respuesta.

Por ejemplo alguien puede decir "la ultima vez yo le pregunté si debía aceptar esa propuesta y su silencio me dio a entender que sí". Como se puede apreciar, cada vez que ofrecemos una escucha hay que precisar los alcances de lo que se dice, pero también de lo que no se dice.9

Lo que hay que preguntarse de este ejemplo es ¿porque existen situaciones donde, frente a la pregunta directa del analizante el analista no dirige palabra alguna? ¿Es una actitud segura del analista no responder a preguntas directas? ¿Es valido responder con un silencio que puede ser interpretado de cualquier forma por el paciente? Ahora bien, ¿como precisar el alcance de un silencio? El paciente bien pudo interpretar el silencio como un 'no'. En otras palabras, el analizante busca ayuda en el analista y este lo deja solo, librado a sus propias interpretaciones. Remarco también el termino 'escucha'. El analista ofrece una escucha, y esto predomina en casi toda la terapia. El analista solo se limita a escuchar, lo que implica que no da respuestas directas, si no solo silencios, que serán interpretados por el paciente como mejor le plazca.

Volviendo a como el analista escucha a su analizante, vamos con otro ejemplo ejemplo.

Cuando comenzamos a escuchar un pedido de tratamiento se ponen en marcha todas estas variables y de algún modo es lógico caer en cierto desconcierto. Pero aprendimos con Lacan, aunque también está presente en Freud, que hay cierta dimensión de engaño en los pedidos de tratamiento que es propia de la estructura misma del lenguaje.10

Cuando el analizante solicita un tratamiento, el analista supone cierto 'engaño'. Esta refiriendo a cierto auto-engaño que sufre el analizante. Este realmente cree que vine por un motivo particular, y al analista lo desengañara y le mostrara que esta en su diván, en realidad, por otro motivo muy diferente.

Podemos llegar a escuchar por ejemplo a alguien que viene a decir lo mal que se lleva con su pareja y si pensamos ingenuamente que lo que quiere es separarse nos podemos encontrar con una serie de justificaciones que solo la neurosis puede convalidar. 11

El paciente no viene por que quiere separase, aunque lo haga explícitamente y a viva voz. Según el analista, hay otras motivaciones ocultas. En realidad, no habla el paciente, si no su neurosis, que la que justifica o explica las acciones del analizante. Pareciera ser que el analista dice "Es su neurosis la que habla. No usted. No se haga caso, si no a mí."

Ejemplifico lo que estoy diciendo, un paciente relata durante un tiempo prolongado los pormenores de los maltratos que recibe por parte de su esposa. En las dos oportunidades que se separó contó con lujo de detalles lo aliviado que se sentía y lo bien que había podido trabajar por esas breves semanas. La pregunta entonces es: ¿al servicio de que está esta unión? Una hipótesis es que le sirve para no progresar en el trabajo, cuestión que remite a una culpa muy arraigada en el riesgo de ser mejor que el padre (ellos se dedican a la misma profesión).

El paciente no tiene problemas maritales, si no que tiene problemas con su propio padre. El analista no puede, por ejemplo, ver que las separaciones pueden ser parte de la mecanica de la misma pareja, la cual debe ser el problema. Lamentablemente, como sucede en los casos de Freud, no tenemos datos de importancia como el tiempo que esta junta la pareja, lo cual nos permitiría apreciar el peso de estas separaciones. Otro dato que falta es la frecuencia de las mismas. ¿Por que periodo de tiempo están separadas ambas separaciones? En ves de enfocarse en los problemas maritales, que es el problema que el analizante explicita y por el que pide ayuda, el analista se enfoca en los problemas laborales, más específicamente que no avanza en el trabajo. Hipotetiza que si tiene problemas maritales es por que no quiere avanzar en el trabajo; lo cual a su vez no es más que una cuestión edipica. Podemos especular la conclusión de este análisis, y esto de forma muy, pero muy predecible lo podemos hacer. Ser mejor que el padre significara tomar el lugar del padre y acceder a la madre. Este acceder a la madre significa incesto y de allí culpa. Culpa que siente luego de un tiempo de sentirse bien en el trabajo por lo cual vuelve a su pareja, se pelea y ya no siente el malestar de la culpa del incesto. Difícilmente el analista esta escuchando al paciente.

El psicoanálisis si da respuestas, pero no las que el analizante solicita; puesto que su pedido de ayuda, en realidad, es interpretado, y no escuchado. Si el psicoanalista da respuestas, pero estas no son las que el analizante le solicita.

  • 1. "De la Estructura del Lenguaje se infiera la posición del analista." por Dario Galente en el 'El Otro-Psi' - Año XVII Numero 176 - Julio 2011 - pp. 1
  • 2. El resaltado es mío. - Idem.
  • 3. El resaltado es mío. - Idem.
  • 4. Idem.
  • 5. Aunque siempre las explicaciones de conceptos psicoanalíticos siempre serán incompleta para un devoto del psicoanálisis. Siempre hay algo más allá para decir. El verdadero sentido del psicoanálisis siempre se encuentra un poco más allá.
  • 6. Frase y estilo bastante común en la Facultad de Psicoanálisis.
  • 7. A cosas como esta me refiero en mi anterior entrada sobre que Lacan es una molestia. Todo esto para explicar un párrafo que podría explicarse con este oración final. Todo el análisis solo para esto. Pero como dije ¿a que no queda 'cool' hablar lacaniano? ¿No?
  • 8. El resaltado es mío. - Op. cit. - pp. 2
  • 9. El resaltado es mío. - Idem.
  • 10. El resaltado es mío. - Idem.
  • 11. Idem.

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