Existe un espectro de convicciones variadas al respecto del problema del Psicoanálisis. Es un espectro que va desde el fanático seguidor del Psicoanálisis hasta el critico acérrimo del mismo. Pero entre medio existen una serie de posiciones diferentes, pero todas con un punto de acuerdo. Parecen coincidir que el Psicoanálisis puede servir de algo. Difieren en que pero acuerdan que la aplicación del Psicoanálisis puede redituar en algún tipo de mejoría al que se acueste en el diván. Y esta es la razón principal para tolerarlo aun sabiendo de los profundos problemas que tiene la teoría psicoanalítica que se transmiten a practica. Es una especie de contradicción difusa. Se reconoce la ineficacia, problemas y riesgos de la practica del diván, pero por otro lado, se le reconocen algunos beneficios. Podríamos decir que es una gran área gris, pero me parece que tira hacia más lo oscuro.
En un extremo de este espectro de creencias tenemos a los psicoanalistas, y aquellos fervientes seguidores del Psicoanálisis en cualquiera de sus formas, en otras palabras tenemos a los divanistas. Es claro que para estas personas el Psicoanálisis, si no es la mejor forma de terapia, es la panacea. En el extremo opuesto tenemos, obviamente, a aquellos que niegan todo esto, e incluso proclaman lo inverso. Sostienen que el Psicoanálisis no solo es inefectivo, si no que además es nocivo. Aunque esta por demás decirlo, este blog y su autor se encuentran en este extremo. El Psicoanálisis debería estar prohibido de ser aplicado a la salud mental de las personas. Incluso se debería evitar en los casos de orientación, consultoría y similares. Quizás puede quedarse como una especie de filosofía de segunda, aunque eso contradiga los mismos deseos de Freud de un estatus de ciencia natural para su creación, pero igualmente sería algo deficiente y difícil de aceptar como una filosofía racional. Pero entremos en la parte media del espectro.
Esta área gis es extraña. son muchos los integrantes de este área que comparten un interés genuino por la Psicología. Muchos en este área abogan por un pensamiento psicológico guiado por evidencias obtenidos vía métodos científicos, y no por la palabra iluminada de algún maestro que sustenta su autoridad solo en su apariencia de profundidad y seriedad que una barba tupida le da. Es raro, pero estas personas llegan a sostener la utilidad del Psicoanálisis. "Si a la persona le sirve no soy yo quien se los quite" me transmitió una ves un profesional. Muchos estudiantes comparten este mismo argumento. Aquel que están al tanto del movimiento escéptico, reconoce este argumento fácilmente. Es el archiclásico "a mi me funciona". Pero no son los pacientes los que están esgrimen este argumento. Son los mismos profesionales y profesores que defienden la ciencia psicológica en nuestro país. Por un lado reconocen la exigencia de que toda terapia sea científicamente evaluada, pero no aplican el mismo criterio a la terapia psicoanálisis. Se le da credibilidad antes de merecerla y se da a través de un Ad Populum. Si al gente lo dice pues debe ser cierto. Así el que el paciente diga "a mi me ayuda" es criterio suficiente para aceptar de la efectividad de cualquier terapia. Claramente, un error. Perdón por la comparación, pero deberíamos decir entonces que la cocaína es algo recomendable ya que un montón de adictos nos dicen de lo buena que es para ellos1. No es un argumento fuerte y menos suficiente para recomendar el uso de ninguna terapia, menos para avalar la supuesta efectividad de una terapia, sea cual fuera. Se esta poniendo en primer lugar la experiencia personal sobre la evidencia objetiva. Es un razonamiento muy frecuentemente esgrimido para defender las pseudociencias, pero es muy extraño que los mismos promotores de una psicología científica hagan uso de tal razonamiento, terminando por justificar aquello mismo que critican.
Otro profesional me transmitió el beneficio de cierto beneficio basado en la historización del sujeto, lo que sea que eso signifique para él, y el cual piensa, si la memoria no me falla, que no se puede realizar por otros medios. Según mi propia experiencia en la Facultad de Psicoanálisis, pude entender este proceso como el posicionamiento que hace un sujeto sobre su propia historia familiar, si la aprueba, la rechaza o le pone un significado particular ... o algo así2. Es lo que pude entender ya que nunca fue bien definido y más bien parece ser una elaboración post-freudiana, por lo que hay textos doctrinales que den cuenta claramente de él. Pero más allá de este concepto el argumento es similar al "a mi me funciona" solo que algo más especifico. Nos dice que algo del Psicoanálisis, no todo, funciona. Puede ser que un elemento de la terapia provoque una mejoría en el paciente3. No por la terapia en conjunto, si no por una parte de ella. Si una parte es efectiva es necesario aislarla, estudiarla y comprobar que la mejoría proviene de allí. Y de ser así empezaría a conformar parte de la Psicología, o sea pasaría a ser un conocimiento confirmado en la ciencia psicológica que ese elemento provoca una mejoría. Pero se aplica toda la teoría junto con este elemento. La terapia puede contener también elementos nocivos. Aplicar toda la terapia implica aplicar los aspectos beneficiosos, que provocan la mejoría percibida, y aplicar también los nocivos, que pueden llegar tarde o temprano a problemas o desmejorías en el paciente. Es mejorar algo desmejorando otra cosa. Es como curar una pierna mientras se fractura un brazo. Aun asumiendo que se produce una mejoría por un elemento de la terapia y el resto sea inocuo se tiene el efecto de la falta de ayuda que puede desembocar con facilidad en una profundización de los trastornos debió a que no se recibe ayuda y se deja que el trastorno siga su curso sin obstáculos.
En un sentido similar a veces pareciera que se considera la Psicología es mejor terapia que el Psicoanálisis. Lo cual es cierto, pero no por lo motivos que generalmente se esgrimen. Se piensa que el Psicoanálisis logra resultados, pero no los que la actuales terapias pueden lograr. No los mismos en cantidad y calidad. de allí se argumenta, que es obsoleto. O sea no que es una terapia cuando menos muy problemática, si no que tenemos terapias mejores. en el mismo sentido se le otorga logros cuando no los tiene. El Psicoanálisis es pernicioso, y hasta parece ser mejor no hacer ninguna terapia psicoanalítica que hacerla. Los pacientes parecen mejorar sin diván que con él. Pero se cree que ayuda en algún punto entonces se lo tolera y se opta por la difusión de la Psicología y se ignora su contra-parte de la critica al Psicoanálisis igual de necesaria para la proliferación de la Psicología en Argentina. Se piensa que es un simple asunto de hegemonía y no de un problema de salud publica, cuando se entrena a personas en un terapia ampliamente reconocida como un gran problema y se los deja que la apliquen abiertamente.
Otros, en este espectro de creencias, ven al Psicoanálisis como una especie de "ciencia" que tiene estatutos científicos muy diferentes a la ciencia. Una ciencia diferente a la ciencia. Argumento bastante contradictorio. El Psicoanálisis es científico, pero sin ser científico. Es una redifinición de lo que significa científico para ajustarlo al Psicoanálisis. Los proponentes de este argumento asumen que hay varias clases de conocimiento científico, por lo que aporta por el Psicoanálisis es otro tipo de argumento científico y por lo tanto el Psicoanálisis es otro tipo de ciencia, con su propia epistemología y reglas de validación, aparte de aquellas que nos han dado un conocimiento solido y fiable de la realidad. Esto es lo que significa un conocimiento científico. Es un conocimiento solido, firme, verificable y principalmente fiable de usar para nuestro beneficio. En cambio, decir que algo no es de este tipo de ciencia es asumir que es un conocimiento para nada fiable, y por ende peligroso de ser usado. El origen de esta errada creencia esta en confundir métodos y objetos de estudios con la estructura científica. Aquí aparecen términos como paradigma o escuela. El primer termino, paradigma, termina siendo una especie de latiguillo salido de un concepto muy mal entendido. El segundo termino, escuela, lo detesto más. Al hablar de escuelas parece que se toma la Psicología como una asunto de pensamientos y visiones diferentes igualmente de validas. Se piensa en ella como si fuera filosofía y no una ciencia. Se termina pensando que los problemas de la psicología es un asunto de opiniones, al mejor estilo de las escuelas filosóficas.
Hace tiempo que las personas en contra del Psicoanálisis piden un cambio, aunque parecen centrarse solo en un cambio en la Facultad de Psicoanálisis; específicamente un cambio en los planes de estudio. Un cambio que de lugar a la Psicología y deje de privilegiar al Psicoanálisis. Cambio necesario, pero no suficiente según mi ver. Este pedido de cambio en si mismo es más acorde a la posición media del espectro de creencias del que hablo. No ven la necesidad de criticar y combatir el pensamiento psicoanalítico. Su mirada esta en el desarrollo de la Psicología. Estoy de acuerdo con el desarrollo de algo más científico en el campo psi argentino, pero no es algo relativo al problema del Psicoanálisis.Se intenta hacer un lugar a la Psicología dejando otro sector para el Psicoanálisis. Se lo ve como un problema de hegemonía psicoanalítica antes que un problema de una pseudociencia. Se lo ve como un asunto de estudios, cuando es un asunto de salud publica la enseñanza y aplicación de una pseudociencia. Quizás se esta en desacuerdo con el Psicoanálisis pero en definitiva se lo tolera. Se toleran sus amplios y profundos problemas de su teoría y su evidente perniciosa terapia a cambio de un supuesto y dudoso beneficio que pudiera tener.
Esta tolerancia hacia el Psicoanálisis es lo que define esta gran área gis. Pero esta tolerancia hacia el Psicoanálisis solo resulta en beneficio del Psicoanálisis. No resulta en un beneficio que pueda salir de una neutralidad en esta discusión con el divanismo. Se lo dejaría ser a cambio de que deje crecer a la Psicología. Ya sobre este enfoque hable hace tiempo. En aquel momento quise dejar en claro que si uno solo se concentra en la difusión de la Psicología solamente, dejando de lado la critica, se fracasaría y no se lograría nada más que establecer un lugar acotado para la Psicología sin muchas más esperanzas que ahora de difundirse ampliamente. Debido al gran numero de Psicoanalistas, por el simple hecho de ser mayoría, un movimiento centrado solo la defensa de la Psicología esta destinado a fracasar. Una posición defensiva siempre estará centrada en defenderse de la gran cantidad de criticas muy poco fundadas, o bien para nada fundadas, que parten del Psicoanálisis. Este ataca cualquie cosas que no sea Psicoanálisis, o que compita con él. Adjetivos como opresiva y reduccionista de los humano surgen con relativa frecuencia en el discurso de los divanistas. Hasta llegar a acusar a cualquiera que no haga Psicoanálisis como un sujeto con intereses en el dinero detrás de las compañías farmacéuticas. Estas criticas es la única forma que parece conocer el movimiento divanista. Nunca se realiza una respuesta a las criticas más que el Ad hominem. La posición defensiva de los psicólogos terminara en un infinito justificar la calidad de la Psicología, cuando debería hacerse un buen lugar para desmantelar el mito del Psicoanálisis como una terapia efectiva y sin problemas. De igual forma que en la reforma de la Facultad, reconozco la utilidad de la posición defensiva, pero me parece insuficiente y contraproducente no fomentar la critica al Psicoanálisis en iguales términos.
Hasta ahora esta posición de tolerancia, de cierta neutralidad y de defensa de los propulsores de la Psicología en Argentina no ha dado frutos. El cambio en la Facultad parece lejano. No parece haberse logrado un terreno claro y solido en la Facultad para los psicólogos. No se ha logrado reducir la hegemonía intelectual del Psicoanálisis. En cambio, parece seguir creciendo y tomando más terreno. Incluso el Psicoanálisis fomenta un pensamiento anti-científico, y glorifica el relativismo y la especulación por entero libre sin asidero alguno. Se sigo creyendo que una posición defensiva es la mejor cuando es claro que no se ha ganado nada. Se hace necesario dejar la posición defensiva para pasar a la posición critica. Se necesita salir de esta área gris de tolerancia que no hace más que facilitar la proliferación de una pseudociencia que no hace más que socavar el bolsillo y la salud mental de las personas que se se acuestan en los divanes psicoanalíticos.
- 1. Este exacto mismo planteamiento que escuche de un profesor diciendo en una clase que suyo permitiéndole que siga tomando cocaína por que el reportaba que "funcionaba mejor con ella".
- 2. Notese que este proceso no conlleva ningún objetivo claro. Solo es un proceso de investigación personal. No se obtiene nada más que un supuesto esclarecimiento personal. Algo así como una iluminación o revelación religiosa. El sujeto aprende sobre si mismo desde un oráculo que le va transmitiendo interpretaciones que revelan su esencia oculta.
- 3. O analizante. O como quiera llamarse al sujeto que se acuesta en el diván.
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