Comentario a un comentario (II)

Partes de esta serie
I - III

Vamos con otra parte de este comentario. Aun quedan varios puntos a cubrir.

1.4 – A pesar de que se siga divulgando la enseñanza de psicoanálisis como modelo de la mente y modelo clínico acá hay un error de parte de los dos lados. Del crítico empecinado en el destierro de la disciplina y del adepto recalcitrante que no ve más que pulsiones. El aparato psíquico de Freud fue uno de los primeros modelos sobre el funcionamiento de las instancias psíquicas, con asiento cerebral, con intención de aclarar la conducta humana. No fue por mero capricho sino por falta de herramientas de la ciencia de la época.

Comparto. Ningún extremo es bueno. En lo personal, creo que esos extremos nacen de una falta de criticismo sobre las creencias que uno mantiene. Como por ejemplo no notar lo osado de pensar que Freud fue el único capaz de asociar lo psíquico con lo cerebral. Por ejemplo, Preston en su obra sobre la histeria1 ya recopila varias posiciones sobre la posible causa de la histeria. La amplia mayoría se centran en lo nervioso. Por ejemplo, allí menciona a un autor de 1620, Charles Lepois, que sostenía que el origen de la histeria se encontraría en el cerebro (p.43). Menciona también otros, unos 40 años después de Lepois, como Hochstetter y Thomas Willis que consideraban que la histeria iniciaba en el cerebro (p.44). Pero estos son solo algunos detalles que mi investigación personal sobre la histeria me trajo. Y ampliando la mirada, revisando otros autores más de la época, se puede ver con claridad que lo nervioso como cede de la histeria era la idea preponderante en el siglo XIX, en especial en sus finales. Quizás para resumir todas esta posiciones sobre la histeria esta Johnson

Tenemos que mirar en la mente del paciente.2

Pero mejor sería recomendar la lectura de El Inconsciente Cerebral de Marcel Gauchet para ver que la formulación de la psiquis bajo ciertos preceptos neurológicos ya estaba presente para cuando Freud trajo su propia versión del Inconsciente. Por esto no fue rara su posición, y tampoco original. Fue un hombre de su época y su época indicaba lo neurológico como causa de la histeria, de allí la elaboración de su Proyecto para neurólogos. Ese escrito no surgió de la nada. Lo mismo para su idea de Inconsciente. Este no surgió de la nada como Yvon Brès muestra con claridad en su libro El Inconsciente

Ahora bien, la "falta de herramientas de la época" suena a disculparse por Freud por su teoría nacida de sus especulaciones que otros toman hoy por verdad revelada. Que no haya tenido las herramientas no disculpa que hoy sus palabras sean tomadas como palabra divina por sus seguidores. No disculpa que otros las acepten como verdaderas concretas sabiendo que eran especulaciones incompletas, como bien el autor del comentario marca. A pesar de que Freud mismo abogara por una teoría química hoy sus mismos seguidores la rechazan tajantemente. Solo falta ver a un seguidor del diván para notar su casi visceral rechazo a cualquier forma de medicación psiquiátrica o formulación teórica de la Psiquiatría.

1.5 – Freud insistentemente a lo largo de su obra reniega de tener que hacer una construcción psicologista, e insiste con más brío en que “una teoría química de la mente” será la que termine por explicar los fenómenos de conducta.

Como mencionaba, el problema del Psicoanálisis no es el error de Freud en si mismo. El problema radica que su error se sigue repitiendo. Si Freud hubiera resultado en un error intrascendente las personas no sufrirían sus efectos hoy. Muchos errores médicos sucedieron en la historia pero no los sufrimos como la frenología, el mercurio como medicina o las sangrías para curar males mentales. Ninguno de esos errores nos afecta hoy por que no se repiten cotidianamente como se repite el Psicoanálisis. Cualquier momento seria propicio para olvidar al Psicoanálisis y dejarlo como una mera curiosidad histórica. Esto más aun cuando el mismo autor de la teoría psicoanalítica presenta su propio limite. Hoy tenemos una buena, cuando menos suficiente, teoría química y estructural del cerebro para abandonar las ideas especulativas de Freud sobre el cerebro como por ejemplo el de sostener dos tipos de neuronas diferentes3. Así que ¿por que mantener una teoría que resulta inadecuada, insuficiente y errada ademas de ser calificada como provisoria por su mismo creador?

1.6.1 – Finalmente la constitución arcaica de Freud proponía que las demandas de satisfacción animales debían atenerse a un principio de realidad que evaluara los eventuales peligros que acarrean estas satisfacciones (Un carroñero no se acercaría, por más hambre que tenga, al cadáver que desea comer si el predador que lo ejecutó está aún alimentándose). En el humano esta estructuración de la realidad como peligrosa lleva tiempo en constituirse, como demostró Watson no tenemos miedos instintivos, los niños acariciaban serpientes en su laboratorio.

No se a que apunta con esto el autor del comentario. El articulo al que comenta presenta la idea de que el Psicoanálisis no es una ciencia ni una terapia. Nada diferente a lo que aquí, en este blog, propongo y sostengo yo mismo hace tiempo. Creo que intenta mostrar que el conductismo propone algo similar al Psicoanálisis o viceversa. ¿Si es aceptado lo del conductismo entonces porque no aceptar lo que el Psicoanálisis dice? Parece querer justificar algo del Psicoanálisis a través del Conductismo, lo cual es un error algo grosero.

El comentarista esta mezclando dos disciplinas incompatibles en sus principios básicos. Los del conductismo se presentan en un contexto donde no hay un psiquismo que dirige las conductas como sucede en el Psicoanálisis. Para el conductismo las conductas son aprendidas, pero para él Psicoanálisis esta tiene una significación que las condiciona. Para el conductismo estas se realizan por que así se aprendieron a hacerlas. Para el Psicoanálisis las conductas se realizan por que se quiere desarrollar o dar lugar a una significación o lograr el cumplimiento de un deseo inconsciente. En términos generales, las conductas para el diván están intencionadas, pero para el conductismo las conducta son simples respuestas a estímulos y son conductas que se pueden aprender y deshaprender. Para el Psicoanálisis la significación inconsciente debe cambiar para que la conducta cambie.

Que hayan conductas que son aprendidas eso no significa que no haya conductas innatas. Muchos animales no requieren crianza por que nacen con todos los instintos necesarios para sobrevivir. Luego aprenden en el camino, a partir de esos instintos, los diversos avatares de su entorno. Aunque el niño nace indefenso tiene algunas conductas innatas, aunque no tanto como para sobrevivir por si solo, y menos en el mundo humano. Es claro que un niño no comprenderá el peligro de una víbora o de introducir algo en un enchufe. Su peligro no es evidente y debe aprenderse. Por eso en los laboratorios conductistas aprenden a acariciar víboras y temerles a conejos. Pero estas conductas no son un intento de lidiar con la Realidad para poder satisfacer deseos inconscientes, si no meros aprendizajes sin intención consciente o inconsciente.

Skinner marcaba algo interesante al respecto. La percepción de las motivaciones de una conducta no tiene influencia en el desarrollo de esa conducta. Por lo cual si se justifica algo del Psicoanálisis con el Conductismo estamos sacando de la ecuación esas fuerzas o procesos inconscientes que el Psicoanálisis pretende como causa de las conductas. El autor al utilizar el conductismo termina nulificando al mismo Psicoanálisis que defiende.

1.6.2 – El superyó es la internalización de la demanda de moral social, que va más allá de la satisfacción personal y de los peligros de la realidad. Los niños no tienen problemas en jugar con excremento, frotarse el miembro o andar desnudos hasta el momento en que esto se internaliza. Incluso el superyó es aquello, según el armado freudiano, que compara al yo con un ideal instituido dentro, una comparación constante con aquello que se debe hacer.

Este es otro punto que parece irrelevante para la discusión donde aparece el comentario. Defender el Psicoanálisis describiendo procesos solo descritos por él es una argumentación circular. Se justifica el Psicoanálisis con el Psicoanálisis. Es como que yo justifique la existencia de enanos voladores electrificados que provocan tormentas por que la teoría que yo mimo arme siguiendo las mismas reglas que yo impuse lo dice. Y todo esa ciencia o disciplina que arme la arme en base a la suposición de la existencia de esos enanos. Así mi ciencia muestra su existencia y su existencia justifica mi ciencia.

Pero por otro lado, no parece estar justificando nada solo describiendo parte de su teoría. Suizas como en el caso de la aparición del Ello, Yo y Super Yo es una solo una corrección al autor del articulo al que responde, por lo tanto no mucho aquí que comentar al comentarista.

1.7 – Hoy en día la estructuración freudiana de la personalidad es arcaica y hay versiones científicas superadores, pero lo malo es contarlo como si todo hubiera sido producto de la charlataneria y la mala intención más que de un interés clínico por pacientes que sufren.

Ademas de su falta de evidencia para soportar su teoría y el fracaso de la gran mayoría de sus casos, su teoría fue un pedazo de teoría cubriendo agujeros hasta llegar a ser un todo infalsable. Como por ejemplo su renuncia a la teoría de seduccion o el concepto de formaciones reactivas. Y no hablemos de sus explicaciones demasiado increíbles para ser tomadas por ciertas.

Esto es algo que yo mismo critico de los críticos de Freud. Algunos no dudan de presentar a Freud como un charlatán. Yo no estoy tan seguro que lo fuera. Creo que era una persona con un ego muy elevado y con un tendencia bastante grande de enamorarse de ideas. Su primer amor fue la cocaína que consideraba como perfecta, sin defectos y todo beneficios. Luego se enamoro de las ideas de Charcot sobre la histeria a punto de defenderlas innecesariamente frente a sus colegas en Viena. Se las llevo como una revelación y una revolución en el tema cuando ellos ya conocían bien el tema. Luego paso a desplegar un fuerte amor por las ideas de su amigo Fliess. De este romance intelectual, que impulso el Psicoanálisis originario, surgió la idea de la bisexualidad innata del ser humano. Y al final de su carrera tuvo un enamoramiento con sus propias ideas. Encontró placer en sus propias ideas. ¿Autoerotismo?

Utilizo el termino enamoramiento por que Freud, como todo enamorado, es incapaz de ver los defectos y errores de su enamorado. Con cada idea que se enamoro tuvo esta peculiaridad. Por ejemplo el caso de von Fleischl-Marxow para con la cocaína y el caso de Emma Eckstein para con su amistad con Fliess muestran esto. Era una persona que más que reconocer los errores de las ideas a las que adhería tendía a reinterpretarlos como éxitos. Su renuncia a la teoría de seducción es un buen ejemplo de eso. Freud no era un charlatán, si no un enceguecido enamorado incapaz de reconocer cuando se había equivocado solo para seguir manteniendo la ilusión de pureza de su objeto destinatario de su amor intelectual. Si rechazaba las criticas era por que no podían ver lo que él podía ver en su amada ciencia del Psicoanálisis, de la misma forma que un enamorado no puede aceptar que su amor tenga defectos.

Un charlatán es consciente plenamente de lo equivocado y errado de sus ideas. Sabe que lo que sostiene es falaz y bien le importa poco o nada que lo sea. Ignora o rechaza las criticas por que ponen en evidencia lo endeble de lo que sostiene. En cambio, Freud creo laberintos intelectuales de lógicas infalsables y de presupuestos sin probar en los que él mismo se perdió. Para ser específicos, no fue producto de una charlatanería si no de un sistema de pensamiento que cubre sus propias fallas. Como por ejemplo, que tildara de resistentes a la verdad del Psicoanálisis a aquellos que lo criticaban, o bien de problemas psíquicos como homosexualidad latente o paranoia.

Considerando esa actitud de enamorado es difícil mantener que su primer interés fue el deseo de ayudar a otros. Ya en las cartas a su prometida Martha se ve con claridad que buscada la fama ya que, según su propia visión, esta traía estabilidad y dinero. Recordemos, por ejemplo, que cuando un colega termino consiguiendo un reconocimiento por el uso de cocaína como anestésico ocular, Freud no se alegro por él o por el avance que tenia el trabajo que había realizado. Si no que se lamentaba de la oportunidad perdida de adquirir fama y no de lo que ese anestésico ayudaría a las personas. No se alegro del avance medico logrado si no que él no lo había conseguido. Y cuando hablaba sobre los beneficios del Psicoanálisis lo hacia para ensalsar su creación y no lo beneficios que lograba en las personas.

En lo personal, no recuerdo momento alguno donde Freud utilizara el argumento actual de que aquellos que critican al Psicoanálisis están en contra de la ayuda que este proporciona a las personas. No recuerdo haber leído algo de Freud donde él tildara de mal intencionados a sus críticos. Si de resistentes a la verdad psicoanalítica, pero no de personas que desean evitarles la ayuda a otros. Siempre los tildo de no comprender la verdad del Psicoanálisis. Siempre su interés fue defender el edifico teórico en el que se apoya el diván. Esa acusación de malintencionados es más bien moderna y no de su creador.

1.8 – Si hoy hay psicología clínica es porque existió Freud.

Completa y totalmente en desacuerdo con esto. No puedo expresar aqui un NO más profundo y rotundo. Si los divanistas se preocuparan por estudiar a la histeria de la cual tanto hablan se darían del tamaño error que es esto que pone el comentarista. Con una mirada a la segunda mitad del siglo XIX uno ve que Freud nada nuevo trajo. Al contrario mamo mucho de las ideas de esa época. Por aquel entonces, en medio de la histeria, aunque no exclusiva de ella, existía una terapia psicológica, prototipo de la actuales. Esa terapia respondía al nombre de tratamiento moral.

El adjetivo de moral no refería a un conjunto de reglas sociales o religiosas. Su sentido era más amplio que el actual. Refería a todo aquello psíquico y social de la persona como sus gustos, preferencias, creencias, hábitos, amistades, etc. y estas cosa era lo que el medico debía averiguar para tratar adecuadamente a la paciente. Aquí solo una muestra

El tratamiento de una paciente histérica puede no ser menos difícil; pues puede requerir un conocimiento más íntimo de sus circunstancias y disposición, y una mayor autoridad moral sobre ella, de lo que el médico tiene la oportunidad de adquirir. 4

La importancia de poner de manifiesto estos factores etiológicos emocionales se hace muy evidente en el tratamiento del caso. Es imposible tratar un caso de histeria con éxito a menos que exista una perfecta confianza entre el médico y la paciente, y esta última sentirá, y con razón, que el médico no entiende claramente su caso si no es consciente de lo que ella piensa que es responsable de la enfermedad.[Preston, George J., "Hysteria and allied conditions", P. Blakiston, Son & Co. (1897) - p.36]

El primer objetivo del médico debe ser conocer cuáles han sido esas fuerzas, la naturaleza de la mente que han moldeado y por qué influencias se ha alterado su equilibrio. El conocimiento puede derivarse de los amigos, de la persona a cuyo cargo está comprometido el paciente, o de la propia paciente, determinando su modo de vida habitual, sus gustos y disgustos, sus gustos y ocupaciones, y de su relato de sus propios síntomas.[Gowers, William Richard, "A Manual of Diseases of the Nervous System", J. & A. Churchill (1888) - p.940]

Las causas de la histeria son en parte morales, en parte físicas y el tratamiento, para ser eficaz, debe corresponder. El éxito de las medidas adoptadas dependerá en gran medida de un estudio cuidadoso de cada caso y de un reconocimiento preciso de la cantidad relativa de trastornos físicos y mentales.[Ibidem - p.938]

[…] los medios o medidas que se adopten deberán ser, en la medida de lo posible, de tal naturaleza que estén calculados para calmar, sosegar, tranquilizar tanto el cuerpo como la mente de los pacientes que se sometan a nuestro tratamiento.[Camps, William, Hysteria: The Hysterical Constitution or Temperament with suggestions as to its Pathology bd Treatment (Londres: H. K. Lewis, 1866) - p.34]

Y podría seguir y de hecho lo estoy hace muchos meses pero en otro espacio diferente que espero terminar pronto de redactar. Pero bien, en definitiva, no puedo hacer más que repetir mi contundente NO a la premisa que Freud trajo la psicoterapia o que esta no hubiera sido posible sin él. No, no y doble no. Freud no trajo nada que no estuviera ya en su poca. Como bien mencionaba Eysenck, lo nuevo en Freud no era cierto y lo cierto no era nuevo.

  • 1. Preston, George J., "Hysteria and allied conditions", P. Blakiston, Son & Co. (1897).
  • 2. Johnson, Walter, An essay on the diseases of young women (Londres: Simpkin, Marshall, and co., 1849) - p.248
  • 3.

    El principio de inercia explica, en primer lugar, la división estructural de las neuronas en dos clases -motrices y sensitivas-, como un dispositivo destinado a contrarrestar la recepción de cantidad (Q) por medio de su descarga.

    Freud trabajo sobre la presunción de dos tipos de neuronas. No habla aquí de diferentes funciones, si no de dos neuronas de estructura diferente. Pero en realidad, lo que las diferencia son la función que realizan y esto las lleva a formas diferentes, pero no de estructura interna. Como analogía podría usar personas. Algunas son altas, otras bajas. Algunas gordas, otras flacas. Algunas con extremidades cortas, otras largas.Pero todas las personas comparten una estructura interna igual: un corazón, dos pulmones, un hígado, un cerebro, etc.

  • 4. Ormerod, Joseph Arderne, "The diseases of the nervous system", J. & A. Churchill (1892) - p.316

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