La hegemonia psicoanalitica en la Facultad (El autismo como ejemplo)

Dentro de la Facultad existe una especie de mantra que dice que esta es pluralista. Se dice que hay un pluralismo científico, que diferentes voces se escuchan allí dentro. Claro esta que solo falta la de la psicología científica. Este pluralismo es para el psicoanálisis solamente y sus escuelas; y, claro, para cualquier pseudociencia asociada. Pero para la psicología validada científicamente y realmente eficaz ... pues no. Les voy a dar un ejemplo claro de esta hegemonía del Psicoanálisis, aunque yo empezaría llamarlo tiranía. El autismo es el punto donde se ve con claridad.

Estoy terminando de cursar Neuropsicología. Realmente una materia interesante. En resumidas cuentas, trata de como diversos problemas tiene una base claramente biológica. La ultima clase se trato el autismo. Es la única clase sobre autismo desde una perspectiva biológica y cognitiva-conductual en toda la Facultad de Psicoanálisis. En ella se muestran varias herramientas para poder evaluar el autismo y así estar conscientes de una posible derivación. La idea de toda la cátedra es justamente esa. Darnos una buenas mirad de los problemas neurológicos para que cuando uno ya es un profesional pueda identificar un trastorno neurológico y pueda derivar con rapidez, si es necesario. Lo interesante es que solo se da una sola clase de autismo donde se muestra el carácter biológico del autismo. Una única clase.

Sin embargo, la Facultad tiene toda una materia al respecto del autismo. ¿El enfoque? Puramente psicoanalítico. No esta más decir que mucho del material es lacaniano. Todo el curso es una materia que ocupa un cuatrimestre. La diferencia de longitud y tratamiento es claramente diferente. Se obvia toda la parte biológica. Desde el programa de la cátedra se puede ver el enfoque que le dan al autismo.

Frances Tustin, jefa de la Child Guidance Clinic de la Tavistock Clinic en Londres, explica el encapsulamiento autista como una modalidad defensiva. Los niños autistas protegen su vulnerabilidad engendrando la ilusión de tener una envoltura exterior a su cuerpo, como una cáscara dura. Plantea que en los primeros años de vida los niños autistas toman conciencia de una manera particularmente dolorosa y dramática de su separación con la madre. Se sienten brutalmente arrancados de una madre que sentían como una parte de su cuerpo. Para protegerse de ese daño corporal y excluir otros trastornos ulteriores se protegen encapsulándose rígidamente.

Cierto olor a madres neveras no deja de aparecer. Frances Tustin fue una de las psicoanalistas que impulso a las madres neveras, y aun hoy se estudia en la Faculta de Psicoanalista. Las madres neveras aun están aquí.

Jean-Claude Maleval, en su artículo “Más bien verbosos los autistas”, plantea al autismo como una estructura que se caracteriza por un rechazo de la alienación significante y de un retorno del goce sobre un borde. Esta expresión da cuenta de cómo el objeto se encuentra pegado al cuerpo de modo tal de construir una “caparazón autista” en su particular dinámica libidinal. El trastorno simbólico genera una enunciación muerta, desfasada, borrada o técnica. No se trata de un déficit cognitivo sino de una relación particular con el significante.

El lacanianismo no deja de aparecer tampoco. El autismo tiene una triada de síntomas y signos que lo caracteriza. Por un lado la socialización. El autista tiene problema para socializar con otros. Falla cuando debe relacionarse con otros. Este quizás es el signo más característico del autismo, y que lo hace tan peculiar y llamativo a la vista de todos. Esta falta de empatia del autista hace que muy difícil para él poder relacionarse afectivamente con otros, cunado no casi imposible.

Pero lo psicoanalistas, especialmente los lacanianos erran en esto y se concentran en el lenguaje, otro elemento de la triada1. Para ellos el autismo radica en el lenguaje. En realidad, para ellos todo radica en el lenguaje. El psicoanálisis es una herramienta omnipotente que sirve para absolutamente todo. Desde problemas mentales hasta el análisis de la misma cultura; aun más, para cualquier cosa que se dese analizar. Esto es lo que se desprende de ese párrafo.

Eric Laurent, por su parte, en su texto “Los espectros autistas” indica que la inclusión del sujeto en el autismo implica el funcionamiento de un significante solo en lo real, sin desplazamiento, “pieza suelta” que actúa de modo tal que busca un orden fijo y un simbólico realizado sin equívocos posibles. El “encapsulamiento autista” es una burbuja de protección cerrada de un sujeto sin cuerpo. El problema que se plantea entonces no es tanto cómo se construye un borde sino cómo se desplaza ese neo-borde muy bien constituido.

¿Debo decir que este es otro psicoanalista? Laurent, por lo poco que pude de leer de él, pretende que el autismo es una especie de cuestión política y campo de diversos intereses diferentes al científico. El autismo en manos del psicoanálisis se convierte en instrumento de banderías políticas pro-psicoanálisis que evitan la verdadera investigación científica.

El punto en común de esto autores, según los que se lee aquí, es que el niño con autismo a "elegido" encerrarse en si mismo ante un ambiente hostil y agresivo hacia él. Aceptando esto, es mucho más fácil de aceptar la hipótesis de las madres neveras.Si el entorno es hostil al niño ha de ser debido a una falla en la madre que debe protegerlo e infundirle confianza para que este salga al mundo. si el mundo es peligroso es que la madre ha hecho o dejado que sea así. El párrafo sobre Maleval termina enunciando tímidamente justamente esto, que no es mas que la hipótesis de las madres neveras.

El “borde autista” es una formación protectora frente a un Otro amenazante, [...]

¿Cual es la técnica o terapéutica que se enseña en esta cátedra?

Para aplicar el psicoanálisis al autismo es necesario permitir al sujeto separarse de su estado de repliegue homeostático sobre el cuerpo encapsulado y pasar a un modo de subjetividad del orden de un “autismo a dos”. Hay que volverse el nuevo partenaire del sujeto, por fuera de toda reciprocidad imaginaria y sin la función de interlocución simbólica.

¿Más sencillo? Hay que entrar a buscar al autista para sacarlo al mundo. ¿Como? Pues solo acompañándolo. Dicho de otra manera, no haciendo nada al respecto. Solo estar ahí con él y para él. Suena bonito, pero por entero ineficaz, e incluso dañino al dejar pasar años claves y críticos en el desarrollo del niño. cuando más temprano se actué, mayores son las probabilidades de una mayor independencia del niño. Hablamos de una mayor autonomía del niño en el mundo. Pero si se sientan en los divanes a dormitar mientras ven al niño autista, solo empeora las cosas, y le quita con cada sesión esa autonomía.

El destino del tratamiento no está inscrito en ningún protocolo establecido. Es una invención que involucra tanto al sujeto como a su analista.

Otro ejemplo más que la ineptitud del psicoanálisis. Otro prueba de que es prueba y error. No se aprende ninguna forma de tratar el autismo, se lo inventa todo. Es dejado todo por completo al criterio del psicoanalista de turno. Nada más. No hay técnica alguna. Solo invenciones del psicoanalista. Si el psicoanalista piensa que debe dormir y dejar al niño con autismo jugar en la sesión, pues el lo hará y dirá que es terapia. Si piensa que debe agarrar su guitarra y ponerse a cantar un tango frente al niño, pues esa sera la terapia del niño, según el psicoanalista. Él dirá que es dejarlo ser, dirá que es acompañarlo y no amoldarlo a alguna idea preconcebida de lo normal. Él dirá que es psicoanálisis, y cobrara religiosamente por ello. Y si usted, lector, como padre de un niño autista, dice algo al respecto, el psicoanalista apelara a los supuestos errores que usted cometió. ¿Recuerda algo de más arriba? El autismo es producto de un "Otro amenazante", y en este caso usted como padre sera el otro más significante en la vida de su hijo, y por ende culpable de su autismo. No sera parte de la solución, si no parte del problema. Esto es psicoanálisis en el tratamiento del autismo. Esto es madres neveras aún hoy y aquí, y es parte de la enseñanza de cualquier psicoanalista.

Concluyendo para evitar la piromanía

Antes que regresen mis tendencias piromaniacas con la Facultad, vuelvo a donde empecé. Este es un ejemplo claro de la hegemonía del psicoanálisis en la Facultad. Es un ejemplo que la pluralidad de voces que se pretende que hay allí dentro no existe. La cátedra que da autismo desde el psicoanálisis es una materia en donde se ve, desde esta perspectiva, el autismo en profundidad. Sin embargo no hay una contraparte que enseñe el autismo con la misma profundidad desde otra perspectiva. Neuropsicología es una materia electiva, lo que significa que si el estudiante parpadea siquiera se pierde esta oportunidad de ver el autismo como realmente es, y puede terminar creyendo en palabrerías esotéricas y cuentos míticos sobre él. Si el alumno no decide por si mismo cursar esta materia se pierde una oportunidad de cursar esta única y solitaria clase sobre autismo desde la Neuropsicología. Se pierde la oportunidad de cursar unas cuantas pocas horas sobre la verdadera dimensión del autismo. ¿Pluralismo? Si, claro. Por supuesto ... :-(

  • 1. El otro elemento de la triada es, básicamente, la conducta.

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