El hermetismo de los consultorios psicoanalíticos hace difícil ver que sucede allí dentro. Hace difícil percibir los errores y daños que provoca el tratamiento psicoanalítico. Y hace más difícil de poder alcanzárselo al publico general. El terapeuta de turno, para agravar la situación, cuando expone sus casos, expone una versión resumida y filtrada de lo que sucede sobre su diván. Tenemos que atenernos a la visión subjetiva del psicoanalista y dar crédito sobre lo que expone; crédito que se me hace difícil de otorgarle ya que resienten a ofrecer un mirada completa sobre sus casos y ocultan datos relevantes sobre ellos, cosas que no consideran importantes y que si pueden ser de importancia al evaluar el caso. Como no lo comunican todo nunca sabemos la historia completa, y nunca podremos evaluarlos justamente por que no tenemos todos los detalles para hacerlo. Esta costumbre se remonta hasta el mismo Freud y se ve en las inconsistencias de sus propios casos. Pero a veces el critico del psicoanálisis tiene suerte y encuentra un caso expuesto que permite mostrar lo que realmente hace un psicoanalista. Tengo de una web un caso de tratamiento de una niña autista expuesto por un psicoanalista. En este caso, la terapia psicoanalítica es sentarse y hacer nada más ... Pero quizás no sea justo esto. Ya que es la mitad del tiempo. La otra mitad solo se pasean por la cuidad.