Hace un buen rato que no recomiendo películas sobre temática psicológica. De casualidad, me topé con Mr. Jones y es una película un poco subestimada. Vale que se le dé una segunda oportunidad, ya que refleja bien varios aspectos de la situación de médicos y pacientes en la problemática de la salud mental y, en particular, con el trastorno de ánimo que es la bipolaridad.
La película trata del Señor Jones, una persona que sufre de trastorno bipolar, que es un trastorno del ánimo. Esto significa que la persona pasa por alteraciones en sus emociones y sentir. Específicamente, en el trastorno bipolar la persona sufre de altas y bajas en su ánimo. Pasa por periodos de manía y periodos de depresión, que suelen intercalarse con periodos de ánimo normal o común, que se dan en forma gradual. La película no hace mucho hincapié en estos periodos de "calma" o de la depresión. Se enfoca más en la manía y creo que es un plus que la hace valiosa para recomendar. Ya me explico.
Empecemos con el protagonista. No soy fan de la actuación de Richard Gere, sin embargo, en esta película es quien evita que se hunda. Por lo que se dice, se preparó bastante bien para el papel y se nota. Hace un buen reflejo de lo que siente y sufre un paciente con bipolaridad en la parte maniaca. Como dije, la película muestra más momentos de manía que de depresión, pero el diálogo de los personajes recuerda lo que sucede en esa etapa. El valor de esto está en que muestra bien como la euforia lo lleva al protagonista a situaciones problemáticas, riesgosas y como su euforia termina corroyendo las relaciones que tiene.
Las personas suelen percibir la manía como una gran alegría y no ven el peligro y los riesgos en los que el paciente cae por ella. Este no mide peligros ni ve las consecuencias de sus actos y, por lo tanto, se pone en peligro a sí mismo y, cuando, no se crea problemas a sí mismo. El trastorno bipolar fue identificado a mediados del siglo XIX por Falret, que le dio en nombre de locura circular, y este ya advertía que las personas suelen ver al paciente maniaco como alguien con gran energía y alegría, y que no ven, debido a lo gradual de los cambios, que eso puede ser el principio de una manía que con el tiempo se profundizara. En los primeros momentos de la película se puede ver esto con claridad. La profesional lucha por la internación del protagonista, ya que ella ve que ese es el principio de una manía, y no a alguien con una gran ánimo o algo hedonista, pero el protagonista se libra de la internación, puesto que no muestra signos completos de la bipolaridad, o sea la depresión o un comportamiento maniaco bien claro.
Ahora bien, la película muestra una bipolaridad casi de libro. Muestra un trastorno bipolar de la misma forma en que la veía Falret. Periodos de manía y depresión separados por un periodo de "lucidez", por así decirlo. Básicamente, lo que se denominó trastorno maniaco-depresivo. Hoy el trastorno es considerado de manera más amplia. No se limita a la manía y la depresión. Incluso suele darse lo que se denomina trastorno unipolar. El ánimo de la persona fluctúa entre un ánimo normal y un polo como puede ser la depresión o la manía. También el polo puede ser gran ansiedad, preocupación o cualquier otro estado de ánimo intenso, por esto este trastorno dejó de llamarse manía-depresión para pasar a ser denominado bipolar.
Quizás la película es demasiado pulcra en todo lo que sucede. Me refiero a que nada fuera de lo esperable sucede. No hay un elemento que se introduzca para desestabilizar las buenas relaciones entre los personajes. Sin embargo, no falta algo de tensión que es introducida por la misma bipolaridad del protagonista. Para ser justos, solo hay un acto romántico cometido por la profesional que atiende a Jones que introduce ese elemento, pero no tiene mucho efecto. No aumenta la tensión por eso, ya que la profesional actúa de acorde a lo que dicta la ética y la cosa se resuelve correctamente. A decir verdad, ese elemento romántico o era necesario. Bien la película podría haberse ahorrado eso y enfocado todo en lo humano de la relación entre profesional y paciente y todo hubiera sido mejor. Es quizás por ese elemento romántico que la película no despego. Es un mero lastre para la historia.
Por otro lado, todo se comportan como deberían. El protagonista muestra bien las conductas bipolares como ir por la calle y besar a una mujer al azar incluso pudiendo entrar en una pelea con la pareja de la mujer sin tener motivos específicos para estar tan "alegre". La profesional que lo atiende y contraparte romántica actúa con total corrección, a excepción de dos momentos que resultan para la historia algo forzados. El amigo de Jones es, realmente, un ejemplo de como alguien debería comportarse con alguien con tal problema o bien con cualquier problema mental. En pocas palabras, es demasiado bueno para ser cierto. Las familias y amigos suelen ser, cuando menos a los inicios de los tratamientos, un obstáculo para la mejoría de los pacientes. Encontrar alguien así es, sinceramente, un tesoro que cualquier profesional apreciaría por demás, y no me refiero a profesionales de la salud mental, también a médicos.
Sigue fascinándome el haber encontrado declaraciones de varios médicos de fines del siglo XIX, entre ellos el mismo Charcot, marcando lo pernicioso que suele ser la familia para los pacientes. Muchos recomendaban, al inicio de los tratamientos de neurosis el aislamiento del paciente. A primera vista, esto suele ser visto como él separa a un miembro problemático, el enfermo, del resto de la familia sana. Sin embargo, era lo inverso. Se buscaba rescatar al paciente del ambiente que lo había enfermado, lo que, obviamente, era principalmente el familiar. Y esto me lleva a la historia de la paciente suicida, posiblemente depresiva. El comportamiento de la familia de esta paciente suele ser un buen ejemplo de aquello que ya se denunciaba desde el siglo XXI. Lamentablemente, la manera de actuar de la familia de esta paciente es real y muy frecuente. El accionar de las familias suele ser desastroso para el paciente.
En resumen, Mr. Jones es una buena película, no tanto por su guion, sino por el reflejo que se hace del paciente bipolar. Es una de la pocas veces que Gere me agrada actuando. Así que todo aquel que no solo quiera ver de cerca la bipolaridad, sino también los trastornos de ánimo, vale que le eche un ojo a esta película.
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