De algo que me quejo seguido es la fata de definiciones que sufre la Facultad de Psicoanálisis. Muchas cosas son dadas por asumidas y se presupone que hablamos de los mismo. Quizás se pueda pensar que es producto del posmodernismo que inserta palabras, frases y conceptos que apenas entiende que suenen pomposos y hacia parecer profundo. Pero creo que solo empeoro con él. Ya la histeria es un termino muy usado y que tan poco se ha intentado definir. Henri Colin, uno de los discípulos de Charcot, escribe, en 1890, con sorprendente actualidad la siguiente descripción de la mentalidad detrás del termino histeria:
La histeria es un caput mortuum1 en el que amontonamos todo lo que parece extraño, todo lo que nuestro espíritu, amigo de las causas finales, no puede explicar. Cuando se trata de algo relativo a las enfermedades "mentales", esta tendencia se acentúa mucho más. Como aparezca una enferma no convencional, una desequilibrada cualquiera, una retrasada más o menos coqueta, más o menos alocada: es una histérica. decimos, y pareciera que ya esta todo dicho. Con frecuencia no sabemos con precisión qué es la histérica pero la palabra esta ahí, mágica, incomprensible para la gran parte de la gente, pero explicándolo todo.2
¡Es como si fuera un compañero mío que camina por lo pasillos de la Facultad de Psicoanálisis! No puede describirse mejor la fascinación que sumerge la palabra histeria a todo el estudiantado de la Facultad.
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