Otro ejemplo de sexismo

Un lector del blog en un comentario me recomendó leer un articulo1Este articulo obviamente no es de mi agrado, pero si de mi interés; o sea es de psicoanálisis, y como este articulo también esta inmerso en el sexismo de la misma forma en que antes hablamos, pues voy a comentarlo. Interesantemente este articulo, a pesar de estar en el tiempo y ser de Colombia, tiene muchos puntos en común con lo que expuse antes. Algo bueno para el psicoanálisis, es coherente aunque sea en el sexismo. Como dije antes, el psicoanálisis tiene prejuicios contra la mujer, los cuales son los que Freud tuvo y que bien son los prejuicios de la época victoriana de fines del siglo XIX. Estos prejuicios sexistas con la mujer hoy en día son enseñados en la Facultad de Psicoanálisis y puesto en practica en los consultorios de los psicoanalistas todos los días. Las autora es psicoanalista y la autoridad de lo que dice y proclama como una especie de conclusión universal, no proviene mas allá que de su propia consulta privada, en la cual "ayuda" a víctimas de abuso sexual e incesto. Voy a aprovechar para mostrar una tendencia común a la mayoría de los artículos psicoanalíticos. Pareciera que todos tienen algo nuevo para decir o algo que sus colegas olvidaron, ignoraron o subestimaron de alguna forma. Pero lo principal es el aspecto sexista de este articulo donde se culpa a la mujer del incesto cometido por los padres sobres sus propias hijas. Tratare de centrarme en esto.

El resumen

Este artículo tiene como objetivo hacer una reflexión sobre las diferencias entre el abuso sexual y el incesto. Partiendo de la experiencia clínica transferencial con pacientes mujeres que, relataron haber vivido el abuso sexual por parte de sus padres, pienso la correlación que existe entre esa experiencia y las relaciones iniciales, pregenitales entre madre e hija. A menudo, encontramos que los relatos giran alrededor de la relación del padre con la hija, dejando de lado lo que pasa entre la madre y la hija, como si ésta fuera una "relación olvidada".

Lo primero a notar es que el articulo parte exclusivamente de la "experiencia clínica transferencial con pacientes mujeres" de la autora. Este experiencia clínica, es lo único que tiene para sostener lo que sostendrá el articulo. Quizás para algunos sea muy poco y tendrán razón. Pero para un psicoanalista es más que suficiente para sostener todo un edificio teórico. No se necesita más que un par de pacientes para fundar una nueva teoría. Toda la investigación "científica" en psicoanálisis se hace sobre el propio diván del analista. No hay otros divanes2. Al momento de concluir algo, se parte y se acaba en la experiencia clínica personal. Cuando los psicoanalistas se encuentran para tratar de hacer progresar al psicoanálisis, no terminan mas que comparando su experiencia clínica particular contra la de otros. Dicho de otra forma, comparan su experiencias personales contra otras experiencias personales, y muchas veces se debate sobre la validez de las mismas bajo un criterio que no sale más que de esa mismas experiencias clínicas personales. Esto se da de manera común y general en todo el ámbito psicoanalítico.

En resumen, lo que los analistas ven es una muy pequeña parte del universo, aquella parte del mundo que pasa por sus consultorios. Esto es un sesgo de importancia que afecta a todo el ámbito psicoanalítico. Y nuestro articulo no esta exento de este sesgo. Todo lo que se dirá solo se aplica a pacientes mujeres. Solo esta considerando a las mujeres, y obviando a los hombres. Pero no solo eso, si no que solo esta considerando a las mujeres que han pasado por su consultorio exclusivamente, como mencione. Estas mujeres no son una muestra muy representativa que digamos del resto de las mujeres del mundo. Sin embargo, esto no impide a la autora poder generalizar al resto del mundo, así como Freud generalizo su complejo de Edipo a partir de su auto-análisis y de allí a sus pacientes de Viena de finales del siglo XIX, y de allí al mundo.

El articulo parece pensar que hay una correlación entre los abusos cometidos y las "experiencias pregenitales"3 entre la madre y la hija. Aquí es donde la autora parece querer destacar algo o destacarse con algo. El articulo hace hincapié en que muchos de los casos de abusos presentados dejan de lado esta relación que deberían considerar. EEl articulo piensa que el incesto no es una relación entre dos personas, si no entre tres. Quiere rescatar la relación madre-hija para considerar su valor dentro del incesto. Esto desembocara, claro esta, en que la madre prepara y hasta "ofrece" a su propia hija al incesto. Ofrece su hija al padre para perpetrar el incesto. Esta es lo olvidado según el articulo. La mujer debe tomar parte de la culpa, si no toda.

En lo que se refiere a la transferencia, el analista puede verse aprisionado por una escucha impregnada de moralismo y tendencias de protección hacia la niña y, a su vez, sentirse identificado con el desamparo y con el dolor frente a la violencia.

Esta parte nos dice la clase de trato y el tipo de escucha que reciben estas mujeres de su analista. Un peligro para la terapia psicoanalítica es que el analista se vea identificado con el sufrimiento del paciente, que vea su propio sufrimiento en el sufrimiento del paciente. Debe mantenerse libre de cualquier tendencia emocional para poder escuchar claramente a su paciente y así no deformar sus interpretaciones por una escucha viciada. Solo estará lo más atento posible a los dichos del analizante para traducirlo a términos inconscientes como deseo a la madre, la castración o la envidia del pene. El analista se debatirá entre la posición completamente amoral, tratar de evitar hacer juicio alguno, que requiere su terapia y la empatía que puede sentir con el paciente. Como en algún momento antes mencione4, el analista tiene prohibido por su propia teoría el sentir algún tipo de empatía con el paciente. Se debe mantener lo más emocionalmente aséptico, así como el cirujano se encuentra los más aséptico de gérmenes y bacterias en el quirófano. Así el analista logra escuchar pasivamente al paciente, pero se vuelve insensible a lo que se le dice. Solo se dedica a escuchar y esperar que algo pase. Si el paciente necesita contención o comprensión, pues no la tendrá del psicoanalista.

Sobre incesto y abuso

A partir de la experiencia clínica con pacientes que relataron haber tenido vivencias de abuso sexual, por parte del padre, concluí que sería importante señalar las diferencias entre el incesto y el abuso sexual, desde el punto de vista de la dinámica de las relaciones padre-madre-hija.

Como ya hice notar, todo este articulo se basa solo en la experiencia clínica personal de la autora. No hay ninguna otra cosa que respalde los dichos del articulo. Y como también hice notar, todo lo que dice lo ha concluido de solo unas cuantas mujeres. Como dije estas experiencias clínicas de sus casos no tiene más valor que anecdótico. Una sola experiencia de unos cuantos casos no es una cantidad significativa para concluir algo. Se requiere bastante investigación para poder afirmar con cierta seguridad algo.

El ambiente de la clínica es un ambiente sin control de variables. Muchas variables están en juego en el ambiente clínico y esto puede afectar las conclusiones que sacamos de ellas. Podemos suponer que los pacientes mejoran por un factor X, cuando en realidad puede ser otro factor o una combinación de factores las que provocan la mejoría. O aun más, puede ser algún factor completamente ajeno a las terapias que ni siquiera es imaginado por el analista. El articulo debe ser tomado con el valor de una experiencia clínica, y por lo tanto anecdótica.

Algo para notar también aquí es la ausencia de la posibilidad que un niño sea abusado. El triangulo definido por la autora es padre-madre-hija solo. Solo mujeres con padres abusadores. Nada de hombres o mujeres abusadoras aquí. El resto del articulo se centrara en este triangulo dejando de lado el hecho que también los niños son abusados y no solo las niñas. Posiblemente solo mujeres hayan llegado a su consultorio o solo haya decidido atender, quien sabe por que motivo, a mujeres solamente. Pero al articulo ha desatendido una posibilidad abuso, dejando a mitad de camino lo que pude hablar de acbuso sexual.

También hay que notar que el articulo vuelve a diferenciar abuso sexual de incesto. Ya lo hizo en el resumen al plantear que su objetivo sera " hacer una reflexión sobre las diferencias entre el abuso sexual y el incesto". Luego volverá a repetir esta diferencia. Tratare de atenerme a esa diferenciación que hace el articulo, aunque no la comparto.

Por su carácter impactante, las experiencias de abuso sexual aprisionan y someten al individuo a los excesos que toda situación de pasión impone. Esas experiencias son las herederas de la seducción que circula entre los padres y la hija, que atraviesa esas relaciones y determina la constitución del sujeto.

Y más adelante dirá el articulo:

Los deseos inconscientes atraviesan las relaciones entre padres e hijos/as.

Esta seducción de la que habla es la puesta en juego de esos deseos que "atraviesan" las relación entre padres e hijos. Pero estos deseos no solo serán de padre hacia la hija. No serán unidireccionales. Recordemos que para el psicoanálisis el niño tiene deseos sexuales hacia sus progenitores o sus cuidadores, por lo que esos deseos serán bidireccionales. La hija también desea al padre y lo seducirá5. Esta es la seducción que ronda y "atraviesa esas relaciones" que lo padres tiene con sus hijas. Si el padre tiene fantasías sexuales con sus hijos, el niño también las tiene hacia sus padres. El tener estas fantasías "determina la constitución del sujeto", según el articulo y el psicoanálisis.

Sin embargo, las situaciones de abuso sexual tienen sus raíces en la violación a un orden establecido.

Esto más parece una obviedad que una información útil. Solo lo remarco porque parece importante y más parece algo obvio. Lo destaco por que parece marcar un estilo de hablar que solo remarca lo obvio. El abuso sexual es algo prohibido o condenable ya que rompe con un orden que sostiene que el incesto es condenable y por ende algo prohibido. Se infringe alguna ley o norma al cometer incesto, norma que fue puesta esta para evitar el incesto. Nada nuevo me parece esto, más me parece un obviedad.

Los casos en que he trabajado sugieren que, el incesto pertenece a la esfera del goce con la madre, mientras que, el abuso sexual se refiere a la violación a la prohibición del incesto.

Nuevamente se ve el sesgo que el articulo comete. Lo que dirá solo es relevante para los casos que ha trabajo, y para ninguno más. Con respecto al resto de la frase, la cuestión es algo confusa. Al parecer es incesto todo lo relativo a la relación madre-hija, y es un abuso cuando ¿ese incesto se concreta? Es confuso y no hay una definición clara de que se entiende por incesto y que por abuso sexual. Si se toma por incesto un cierto placer sexual obtenido a través de un pariente consanguíneo, es muy difícil distinguirlo del abuso sexual. Si se toma de forma más laxa, y se dice que cualquier placer obtenido a través un pariente consanguíneo, entonces deberíamos decir que hasta el mismo acto de que un niño diga "Te amo Mama" y la madre sienta un goce es un acto de incesto. También que un padre sienta orgullo de su hijo por algún logro en particular es también un acto de incesto. Esto no es mas que llamar 'incesto' a toda relación que lo padres tengan con sus hijos. Esto no es nada si se queda en el nombre. Tendría el mismo sentido decir que las relaciones entre padres e hijos son incestuosas como filiares. Pero el llamar a estas relaciones 'incestuosas' no es algo tan inocuo en el psicoanálisis. El placer que se encuentran en la relaciones con sus hijos los padres es de esencia sexual, cuando menos de parte de sus hijos con sus padres. Y esto es la base constitucional para el abuso sexual del padre con hija.

Toda violación contiene una dimensión de abuso. El incesto abarca esta dimensión, sin embargo, no todo abuso se caracteriza como incesto.

Como dije, el articulo plantea una diferencia entre abuso e incesto. Parece caracterizar al incesto como algo que no es un abuso, pero que tiene ciertas características de uno. Cuando en realidad, el incesto es un acto de abuso. Pero como vimos antes, el articulo parece no entender el incesto como un acto sexual entre parientes consanguíneos. Se puede concebir un acto de incesto sin que sea un abuso por ello. Pero en el caso que el articulo plantea, el acto de incesto de un padre sobre un hijo, solo se puede categorizar como abuso sexual. El niño es obligado, cuando no forzado, a llevar a cabo un acto al que no tiene posibilidad de negarse. La confianza que lo padres dan sobre el niño, la dependencia del niños a los mismos, el temor por un castigo o represalia que puede engendrarse en la mente del niño por decir no, que el niño no esta preparado, ni física ni psíquicamente, para enfrentar un encuentro sexual, son motivos, que solos o en conjunto, son más que suficientes para caracterizar al incesto como una practica abusiva.

El que no todo abuso es un incesto, no es algo muy esclarecedor que digamos. Si no más bien es una información que cualquiera puede sacar por su propia cuenta. Por ejemplo, alguien al cuidado de un niño puede cometer abuso con él, y no importa su parentesco con el mismo. Una persona ejerciendo como cuidadora puede cometer abuso con el niño que tiene a su cuidado. Cosa que Freud consideraba habitual en la cuidadoras de su época. No hay revelación alguna aquí.

El factor determinante que distingue el incesto del abuso sexual, es la posición que la niña ocupa en relación con las funciones materna y paterna y con los deseos, de cada uno de los padres, relativos al lugar de esta niña.

Aquí vemos de nuevo la diferenciación entre incesto y abuso sexual. Según el articulo, incesto y abuso sexual son diferentes. Y se diferencia en el lugar que la niña ocupa en la relación padre-madre-hija.

Esta idea es contraria a algunas de las teorías actuales, pues, éstas últimas consideran la relación padre-hija siempre incestuosa.

En algún momento debe ponerse el articulo en contra de la ideas establecidas si quiere mostrar algo nuevo. Debe mostrar el error que cometen sus colegas para fundar un nuevo pedazo de teoría. Notese que solo se necesita una par de casos clínicos, ninguna investigación, y un atrio donde mostrar al publico su visión ... perdón ... su posición teórica.

La función materna es un operador fundamental para la estructuración del sujeto y para dichas relaciones, pudiendo criar, a veces, las condiciones necesarias para el abuso sexual o el incesto. Las funciones materna y paterna circulan dentro del trío padre-madre-hija en un interjuego, en el cual los lugares pueden ser ocupados por cualquier sujeto, o sea, no es necesariamente la madre la que ejercerá la función materna, ni el padre la paterna.

Según Lacan, la función paterna es el "operador fundamental para la estructuración del sujeto", y la mujer actúa como agente de esta función paterna. No hay tal cosa como función materna. El articulo trata de formular el concepto de función materna como también formadora de la psiquis del hijo. Si la mujer no fuera más que un agente pasivo, un agente de la voluntad del padre, difícilmente puede ser culpada de algo. Al poner un juego como la función materna, el articulo tiene vía libre para acusar a la madre del incesto y del abuso sexual. El padre sera culpable, pero la madre lo sera también. No estará exenta de la culpa por el abuso sexual que solo el padre comete.

La culpa de la madre

Vamos llegando al núcleo sexista del articulo.

Para el psicoanálisis, el incesto se configura cuando le es imposible a la niña constituirse como un ser independiente del deseo de la madre. Es la dificultad de discriminarse –resultado del fracaso de la función-padre en la constitución del límite y determinación de los parámetros entre el yo y el otro- que favorece la relación incestuosa.

Primero vimos que incesto y abuso sexual no es equiparable. Luego entendimos que el incesto esta en la estructura de las relacione madre-hija. Ahora vemos que el incesto esta en dependencia que la madre provoca sobre la hija. Esta dependencia llega a tal punto que es imposible para la niña distinguirse de la madre. El deseo de la hija no esta confundido con el deseo de la madre, los deseos de la hija son los deseos de la madre. La hija desea lo mismo que la madre desea. Esta dificultad de poder diferenciar hija y madre en el deseo, favorecerá el que se cometa el abuso sexual sobre la hija.

Ni la madre ni el padre logran ocupar el lugar de la prohibición.

¿Por que sucede esta dependencia extrema? Supuestamente, por que la madre y/o el padre no han sabido poner limites al deseo de la hija. No han sabido prohibir.

La relación de abuso sexual entre padre e hija empieza mucho antes del momento edípico, durante las relaciones pregenitales de la niña con la madre -responsable por la constitución de la experiencia erógena del cuerpo de la niña.

La madre con sus cuidados sobre su hija, inadvertidamente erotiza a su propia hija. Los roces que le provoca a la hija en su zona genital la erotizan. En otras palabras, la excitan. Luego de esto vendrá el susodicho complejo de Edipo, que no es más que el deseo sexual por la madre, y luego por el padre.

La niña que sufre de abuso sexual, por parte de su padre, es muchas veces "ofrecida" a él por la madre, en un intento de realizar su propio deseo edípico.

Así la madre ofrece a su propia hija a que el padre cometa un abuso sexual sobre ella. ¿Por que esto? La hija tiene los deseos de la madre. No tiene deseos propios por lo que solo realiza los deseos de la madre. Si la madre no ha podido superar su propio Edipo, o sea su deseo sexual hacia su propio padre, y puesto que la hija es ahora indistinguible de la madre, la madre ofrecerá a su hija al padre para que ella pueda ver realizado su deseo sexual por su propio padre. Así vemos como la madre prepara el camino al abuso sexual. El padre solo es una gente del deseo de la madre. Si este abuso sexual llamado incesto se produjo ha sido debido a la facilitación producto de la acción de la madre, ha sido por que la madre en sus cuidados a ofrecido a su hija al padre para que la abuse..

Por lo tanto, al sufrir el abuso sexual del padre, la niña es sometida, no solo a él, sino también, al deseo incestuoso de la madre, la cual se encuentra, a menudo, presa de su propio Edipo.

El padre es culpable del abuso, pero la madre no esta exenta de culpa. Si el padre abusa de la hija ha sido por que la madre se lo ha facilitado, por que asi ella lo ha deseado. Claro que esto deseos son inconscientes, nadie más que el psicoanalista de turno sabe verlos. Si un abuso se ha cometido con la hija, el psicoanalista girara lentamente en dirección a la madre y cuestionara la forma en que la ha criado, para luego terminar decretando la culpabilidad de la misma. El padre solo ha sido alguien que realizado el deseo que la madre tiene.

De esta manera, se actualiza toda una cadena transgeneracional. El deseo materno, captado inconscientemente por la niña, entra en sintonía con el propio deseo incestuoso de fusión con la madre. Cuando la madre no puede impedir que el padre use el cuerpo de la hija, deja, de esta manera, de ocupar el lugar del que prohíbe y protege a la niña y puede, de cierta forma, ser considerada cómplice de ese padre6.

La madre es cómplice del abuso sexual que perpetro el padre. No esta exenta de culpa alguna. Si el abuso ha ocurrido ha sido por que la madre no supo interponerse entre el padre y la hija. No ha sabido protegerla. Si el abuso sexual es el único indicador necesario para decir que la madre no ha sabido cumplir estas funciones, y no que el padre es el culpable directo del abuso, si no que solo es un cómplice en el deseo de la madre7

El padre es parte de otra cadena transgeneracional que podrá hacerlo vivir, en carácter regresivo, una relación incestuosa con la madre.

El padre si ha cometido este abuso ha sido por que el fue víctima a su ves de una relación incestuosa con su madre, que culmino en un abuso sexual. Al parecer, la madre es la clave de los abusos sexuales para este articulo.

No se reconoce como capaz de ejercer la función paterna y, a veces, no es, de hecho, capaz de ejercerla efectivamente. Conoce las leyes y la prohibición, pero no se somete a ellas.

El padre no es capaz de ejercer como padre, en el sentido psicoanalítico del termino.Pero al parecer es consciente de esta incapacidad, y hasta puede ejercer la prohibición pero no desea hacerlo.

El abuso sexual es el resultado de una configuración específica de este trío familiar.

Un padre abusador, producto de una relación incestuosa con la madre, una madre con un deseo sexual insatisfecho por su propio padre y una niña no del todo inocente al parecer.

La madre no está ausente en las situaciones de abuso sexual, como se cree, pero se encuentra presente en los bastidores de esa vivencia, algunas veces, hasta, promoviéndola y siendo, perversamente, cómplice del padre.

La complicidad de la madre en el abuso de su hija no es pasiva. Prepara, facilita, y hasta promueve el abuso sexual. Es cómplice en toda regla del abuso que comete el padre. Cuando no lo es directamente lo es indirectamente, quizás por inacción. Hasta el articulo parece dar la imagen de que la madre se queda contemplando pasivamente el abuso de su propia hija tras bastidores.

Para su relación con los hijos, los padres traen consigo aspectos inconscientes marcados por sus primeras relaciones objetales. De esta forma, la niña es convocada a ocupar el lugar de una falta.

La niña es el elemento utilizado por el padre y la madre para colmar los deseos infantiles insatisfechos de cada uno.

En su deseo de ser amada, la niña "seduce" a la madre, tratando de convencerla de que ella es justo lo que le hace falta, sin embargo, ni la niña puede completar a la madre, ni ésta última a la niña.

Se puede pensar en la niño como un instrumento pasivo del deseo de los padres. Sin embargo, la niña también es culpable del abuso sexual que sufre. La niña es, en cierta medida, responsable de los abusos de sus padres. La niña seduce a la madre para poder acceder al padre, y así poder ser el objeto de amor del padre. La madre, para la niña, es el camino de acceso al padre.

El incesto es el resultado de la falta de discriminación entre el yo y el otro, en la que los límites son oscurecidos.

Volvamos al principio. El incesto es producto de la indiferenciación que la madre y la hija sufren. Y como vimos, la madre provoca esta indiferenciación. Así que el incesto, y el abuso sexual posterior, no es más que producto de las acciones de la madre. Todo no es más que un producto de los cuidados que la madre da a su hija. La madre es la culpable del abuso sexual.

Conclusión ... al fin

Debido al sesgo inicial de solo considerar una triangulo como padre-madre-hija, y obviar que también que los hijos pueden ser varones, en ningún momento se habla de abuso sobre niños. No se muy bien como tomar esta omisión. Si se toma la teoría freudiana se vera que el niño también es capaz de tomar al padre como objeto de su deseo sexual. El articulo obvia el desagradable hecho de los abusos en niños, y solo parece contentarse con el abuso de niñas. Quizás debido a que solo ha tomado mujeres en su experiencia clínica. O quizás no haya podido atreverse a ver que un niño es capaz también de seducir a su padre, si seguimos el psicoanálisis freudiano.

La mujer siempre sera sentada en el banquillo por el psicoanálisis. Parece no haber forma de que la mujer escape de ser acusada de algo. En la anterior entrada las ideas psicoanalíticas acusan a la mujer de los abusos que sufre en carne propia. Aquí la mujer es acusada de los abusos que su hija sufre. Si leemos con atención el articulo vemos como es el pensar psicoanalítico y como nos conduce a ideas extrañas. Si la mujer puede hacer que caiga sobre ella misma abusos sexuales, y puede hacer que una niña tengo esos mismos deseos, a través de la indiferenciación que puede provocar en su hija, entonces es natural pensar que la madre hará caer a su hija en los abusos sexuales que ella misma desea para sí. La mujer es culpable de los abusos que sufre y es culpable de los abusos que sufre su hija, todo esto más allá de la culpabilidad que el hombre tenga en el asunto. De hecho, en ningún momento se discute con la misma profundidad la culpabilidad del hombre. En el Caso Dora del que hablamos, los insistentes avances del señor K son disculpados por Freud y puestos en la categoría de simples avances amorosos y honestos. La trampa que el señor K pone a Dora en su local no es el tema en cuestión si no por que Dora no accedió a ese avance amoroso honesto, según la lupa freudiana. Aquí, de manera similar, la mujer es puesta en primer plano, y el papel directo y activo del hombre es puesto en segundo plano. En la mujer hay que buscar las razones de estos abusos. El hombre solo parece ser el agente que materializara los abusos solamente, y solo a través de los deseos de la madre. En psicoanálisis todo parece ser la mujer, siempre la mujer ... O más bien, la madre, siempre la madre ...

Una nota más. Hay que notar que el autor de este articulo es una mujer. Es tan poderosa la fascinación que provoca el psicoanálisis que es capaz de lograr que las mismas mujeres defiendan una posición sexista. Muchas estudiantes aceptan con toda tranquilidad la posición de seres castrados. La mujer es un hombre castrado, según el psicoanálisis, ... psiquicamente claro. O sea inferiores psiquicamente al hombre. Aun más. Se acepta a Freud en la propia intimidad sexual. Parece que se acepta sin cuestionarse nada la sexualidad freudiana, en la cual la mujer debe renunciar a un orgasmo clitoriano, ya que la mujer debe renunciar a sus deseos de tener un pene. Se acepta sin problemas el sexismo, la psiquis inferior de la mujer, el renunciar a placeres sexuales comunes y normales, todo para defender el psicoanálisis. A tales niveles llega esta fascinación.

  • 1. "Una relación olvidada: La madre en los bastidores del abuso sexual entre padre e hija" por Maria Flávia Ferreira Goldfeder - Articulo publicado originalmente en Pulsional Revista de Psicanálise. São Paulo:Escuta XII (138) 16-23, 2000.
  • 2. Ni siquiera una simple silla. :-)
  • 3. Esto hace referencia a los toques que la madre hace sobre su pequeño hijo o hija y que lo excita. Al cambiar los pañales, por ejemplo, la madre con sus tocas erotiza al niña. En otras palabras le provoca una excitación sexual. Todo esto se puede ver con bastante detalle en el documental Le Mur.
  • 4. Y no me cansare de marcar.
  • 5. Por ejemplo, en el caso Juanito, Freud se encarga de hacer traducir la relación con la madre como parte de una seducción que realiza el niño para su madre.
  • 6. El resaltado es mío.
  • 7. Se puede ver en la cuarta parta del documental Le Mur todo el desarrollo que hasta voy mostrando. En este vídeo también se ve la ausencia del padre en la acusaciones. Todo ronda sobre la madre.

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