En las librerías me la paso revisando libros baratos y usados. De vez en cuando encuentro cosas muy interesantes y útiles. Bien, este no es el caso. La venta de libros de la Facultad1 es un buen lugar para encontrar baratos libros sobre psicología. Lastima que sean muy pocos los que traten de psicología. Casi todos tratan de Psicoanálisis. Por lo cual pocas son las verdaderas ofertas, pero como estoy en esto de tomar el psicoanálisis y tener que ver que dice debo a veces sumergirme en la palabrería psicoanalítica. Me pongo a ver como se habla y se discute dentro del mismo psicoanálisis directamente de bocas de psicoanalistas. Revisando me tope con un texto de un congreso psicoanalítico realizado en Buenos Aires en 1984. Todo es psicoanalizables hasta el mismo psicoanálisis, y claro esta que la relaciones institucionales de las instituciones psicoanalíticas pasaran por el diván psicoanalítico. Con un pequeño texto veremos como entiende el psicoanálisis las relaciones que se producen en una institución.
Las instituciones psicoanalíticas también son susceptibles de análisis. Todo cae en las garras interpretativas del psicoanálisis. La diferencia que aparece en estos textos es que son mucho más abiertos y honestos en sentido psicoanalítico que los textos dirigidos al publico general. ¿Que dirán sobre la relaciones de los miembros de las instituciones psicoanalíticas y que estas están dirigidas por deseos inconscientes de acostarse con sus madres y que las relaciones que estable no son más que un sustituto de aquel deseo incestuoso? ¿No cree que los psicoanalistas piensan estas cosas de las cosas más triviales? Lea esto:
A veces, la institución puede ser vivenciada por algunos de sus miembros como una madre ideal, y llegar a ejercer una función relevante significa formar parte de la pareja anhelada con exclusión de los rivales (padres y hermanos). Alcanzar la satisfacción de ese deseo infantil puede ser tan imperiosos que no importa si los medios y los procedimientos que se utilizan resultan en ocasiones inadecuados. 2
Los integrantes de la institución luchan salvajemente, sin importar "los medios y los procedimientos", por mejores posiciones en la institución, de la misma forma que el pequeño edípico lucha con su padre por poseer a su madre. La satisfacción de un mejor puesto no seria otra cosa que una satisfacción sexual lograda al poseer a la madre-institución. En resumidas cuentas, las luchas internas no son más que una lucha sexual sublimada por favores sexuales. ¿Pero existen integrantes de instituciones que no pelean de esta forma salvaje por puestos de altura? El psicoanálisis siempre tiene una respuesta que englobara todos los casos posibles en lo sexual.
Otras veces se observa exactamente lo contrario: miembros que sistemáticamente eluden cualquier cargo. Si bien esta actitud puede ser la consecuencia de una autovaloración bien discriminada de sus limitadas aptitudes y particulares vocaciones, en ciertos casos no son más que una actitud fóbica encubierta por un manto de racionalizaciones (falta de tiempo, por ejemplo) o peor aún, por indiferencia o desprecio. 3
Si supone que una situación directamente contraria al mantener o desear puesto de jerarquía es producto de deseos contrarios. Se equivoca. Ambos casos son iguales. Ambos quieren acostarse con la madre. Básicamente, no hay quien no tenga deseos edipicos ocultos. Siempre se tiene razón cuando se usa el psicoanálisis.
Creo que podemos entenderlo mejor desde la perspectiva edipica. Si tener la posición relevante es "poseer a la madre" deben evitar el peligro de la temida castración por lo que, a nivel inconsciente, es sentido como el Edipo consumado. Mientras sustentan una actitud evitativa se dedican a criticar envidiosamente a aquellos que tiene el "coraje" (gran pene) de unirse sin temor a las actividades productivas científicas y administrativas institucionales (la madre anhelada). Como cuando niños, fantasean que la unión del rival (padre, hermano, colega) con el cargo (madre) proporciona una fuente permanente de reciproca gratificación de la cual quedan excluidos y sufrientes. 4
Podríamos suponer que alguien no tiene el mínimo deseo sexual oculto, pero esto no existe en el mundo del psicoanálisis. Si usted desea un puesto o retiene obstinadamente el suyo propio, es nada más y nada menos que un deseo sexual sublimado. Ahora, si usted no se lanza a la carrera por un puesto es que tiene miedo a una castración, pero no significa que no tenga deseos sexuales inconscientes por la madre; si no que los tiene pero teme seguirlos debido al castigo que podría acarrearle. tiene estos deseos. Ahora consideremos aquel que rehúsa o descuida su posición en una institución. Pues solo tiene mayor temor a la castración. No teme, si no que tiene mucho miedo. Tiene pánico.
Como podrán ver el deseo que mueve a alguien a conseguir un puesto de importancia es el mismo deseo que mueve a alguien a evitarlo. No hay diferencia entre un caso y otro. Ambos desean a la madre .... perdón al puesto de importancia, con la misma fuerza. Todos son iguales en su inconsciente. No hay casos especiales. Todo es explicable por el sexo. No hay nadie para el psicoanálisis que no actué según estos supuestos deseos inconscientes.
Los analistas que no acceden a dejar sus cargos institucionales y dar paso a los más jóvenes nos hacen recordar al padre de la horda primitiva, prohibiendo la sexualidad de los hijos, castrándolos de antemano por el peligro del incesto y de perder no solo la exclusividad sobre las hembras, sino también el poder y la propia vida. En estos casos temen que los hijos los desplacen y les arrebaten el prestigio alcanzado. 5
Así ven el mundo los psicoanalistas y así hablan entre ellos. El mundo es una lucha sexual, en cualquier nivel, por obtener los favores de una madre y evitar ser castrado por el padre en el intento. Digamos que usted desea un mejor puesto en su trabajo. Usted lo hace por que desea a su madre. No se confunda. No lo hace por que una mejor paga le permitirá acceder a un estilo de vida más despreocupado o que siente que en otro puesto puede desarrollarse mejor como persona o que su carrera se beneficiara con ese puesto. ¡Olvídese de todo esto!. Usted desea a su madre diga lo que diga o hago lo haga. Usted es siempre Edipo para el psicoanálisis.
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