Manuscritos

Manuscrito H: ¿Estoy paranoico o a Freud le importa solo su teoría?

Algo que el mito freudiano dice, es que Freud escuchaba atentamente sus pacientes. Que hasta escucho a pacientes que nadie más quería escuchar. Para mí, el escuchaba lo que quería escuchar. Les presto atención, pero solo a lo que el quería prestar atención. El manuscrito H habla de la paranoia y los mecanismos psicoanalíticos que tendría la misma. Al leerlo por primera vez, tuve, quizás por primera vez, que Freud daba crédito a ciertas cosas dichas por sus pacientes y a otras no, dependiendo de lo que le interesaba escuchar. Algunas cosas de la paciente del manuscrito H eran ciertas para Freud y otras era parte de un delirio paranoico. Lamentablemente, Freud no aducía razones de dar crédito a algo y por que desacreditar otro. Sesgo de confirmación que le dicen. El problema es que a nadie dentro de la Facultad de Psicoanálisis les importa tener esas razones. Confían ciegamente en la palabra del maestro. El problema con Freud fue que le importaba mucho más su teoría que el mismo paciente, y nunca tuvo un mínimo de duda sobre sus elucubraciones teóricas.

Manuscrito J: Una segunda mirada

Era común que Freud enviara a su amigo Fliess detalles de sus ideas, bosquejos de sus escritos técnicos o análisis de casos clínicos junto con sus cartas. Estos escritos adjuntos se conocen como los Manuscritos. Algunos de estos son estudiados en la Facultad de Psicoanálisis, obviando el hecho que son versiones preliminares de trabajos de Freud. No son textos terminados. Con la adquisición de la edición sin censura de las cartas a Fliess me tope con el Manuscrito J. Algo que podemos observar a través de este manuscrito es la represión sexual de la época. Podemos verla reflejada en el desconocimiento sexual de la paciente. Así que hoy la juego, un poco, del lado contrario :-). Me propongo realizar una segunda mirada del caso. Volvemos a hablar de sexo. Así que considérese advertido, por si no quiere seguir leyendo.