Las personas merecen respeto y uno, para no pelearse, puede callar o ser diplomático. Pero las ideas deben ser criticadas, incluso con saña, y sólo si sobreviven a la crítica deben ser tomadas en serio.
Por un mundo sin guerras y sin Psicoanálisis
Las personas merecen respeto y uno, para no pelearse, puede callar o ser diplomático. Pero las ideas deben ser criticadas, incluso con saña, y sólo si sobreviven a la crítica deben ser tomadas en serio.
Marcelo Gustavo Huerta
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