El caso de Freud se parece al de Wagner en que, en ambos casos, interpretaciones enfermizas de los motivos fundamentales de los hombres atrajeron la curiosidad de una generación decadente. Así como quien nada comprenda de música por el oído es dominado por Wagner a través de la médula espinal, quienes no han estudiado el alma de los hombres son fascinados por Freud, ya que ambos, con misteriosos nombres y gestos, se revelan pronto a todo ignorante y proporcionan a todo débil mental la ilusión de cuanto interés inspira.
Freud, el mago sexual - Editorial Losada - Buenos Aires - pag. 8
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